Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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AL DESCONTENTO POR EL TRATO QUE RECIBE LA TROPA, SE SUMAN OTROS FACTORES COMO LA RUPTURA DE LA BRECHA ENTRE OFICIALES Y LA TROPA

Bajos salarios, abusos y procesos con mordaza, causas del motín policial

Bajos salarios, abusos y procesos con mordaza, causas del motín policial

Una comparación de sueldos entre policías, militares y gendarmes.



infografia pagina siete para opinion



Muy pocas personas imaginaron que la huelga iniciada en La Paz el 18 de junio por un puñado de mujeres, esposas de Policías de bajo rango, iba a derivar en la rápida propagación de la medida presión a otras ciudades del país y en el motín nacional que estalló en Bolivia.

Pero, ¿cuáles son los motivos de esta crisis? En primera instancia, los policías de la “tropa” perciben un sueldo menor que el de los guardias municipales y que el de los militares de menor jerarquía.

El sueldo básico de un policía inicial es de 840 bolivianos al que se suma un bono de 400 bolivianos. La cifra se redondea en 1.240 sin los descuentos de ley.

Con los descuentos, el policía obtiene líquidos 1.100 bolivianos, de acuerdo a las boletas de pago. En comparación, un guardia municipal percibe un salario de 1.600 bolivianos con descuentos, como promedio. Un sargento inicial de las Fuerzas Armadas cobra 1.500 bolivianos líquidos de acuerdo a boletas a las que accedió el diario Página Siete.

La dirigente de las esposas de policías en Cochabamba, Carmen Grájeda reveló que los salarios de los suboficiales con diez años de servicio son muy bajos. Los sargentos segundos ganan Bs 1.300, los sargentos primeros, Bs 1.400, los suboficiales Bs 2.200 con veinte años de años de servicio y los que están a punto de jubilarse, con treinta años de servicio, reciben un salario de Bs 2.800 que, después de jubilarse, se reduce en un 30 por ciento.

Los testimonios sobre porqué ese monto no les alcanza para mantener a una familia son muchos. A este motivo se suma el rechazo a la Ley 101, que a un año de su promulgación, ha “hecho llover procesos para los policías de bajo rango, quitándoles el derecho a hablar y a defenderse de una denuncia que puede ser una venganza incluso”. Por ello exigen su derogatoria y la creación de una Defensoría de la Policía, pues se sienten desprotegidos por sus jefes y por el Gobierno. Creen que las Fuerzas Armadas son el sector mimado por el Gobierno, “pues a ellos les incrementan su sueldo aunque no lo pidan, les dan bonos y se jubilan con el 100 por ciento de su salario”.

Pero a estos motivos “formales”, se suman otros “subterráneos” que se pusieron en evidencia en las últimas horas, cuando policías de la tropa golpearon a oficiales ante los que siempre bajaron la mirada. Los efectivos de base aseguran que se cansaron de los abusos de oficiales y jefes, que no sólo los tratan como a “pongos” y “agentes recaudadores” para seguir solventando su sistema de privilegios, sino que además se “han rendido ante el poder de turno y cuando los movimientos sociales nos agreden, no nos defienden como dice la ley, no presentan denuncia siquiera, estamos abandonados y para ellos, incumplir la Ley 101 no significa nada, para nosotros es castigo tras castigo, es humillación tras humillación”, dijo un amotinado de la UTOP. “La brecha entre oficiales y tropa está rota, sólo una refundación de la Policía logrará componerla”, dijo un oficial.

La Ley 101 prohíbe a los policías declarar y defenderse

La Ley 101 del 4 de abril de 2011, llamada Ley del “Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana” es considerada draconiana por los policías de base porque atenta contra sus derechos constitucionales al debido proceso. Si un policía es denunciado, debe ser removido de su cargo de inmediato, sin opción a defenderse. Lo peor es que los tribunales disciplinarios de la Policía están repletos de procesos contra policías de bajo rango, pero existen muy pocos contra oficiales, jefes, coroneles y generales. Ejemplos hay muchos. Policías de bajo rango que fueron golpeados y lesionados por jefes y que se animaron a denunciarles, resultaron “cambiados” a destinos alejados de sus familias. Nadie los defiende, pero los jefes se protegen entre ellos. 

Quieren los sueldos, el bono y la jubilación de los militares

“El Ejército es el espejo de la Policía en cualquier país del mundo, menos en Bolivia”, expresó ayer uno de los policías amotinados. “Tenemos jerarquías similares y somos uniformados, pero no somos tratados por igual por el Gobierno”, dijo. No sólo existe diferencia salarial, sino también en bonos y en el tipo de jubilación . Las Fuerzas Armadas reciben un bono de lealtad y los policías de bajo rango exigen un bono “de riesgo” porque cuando salen heridos en choques contra delincuentes, tienen que convertirse en mendigos para recibir curación. El Gobierno no los ayuda. Un suboficial primero de la Policía, ya jubilado y que trabajó 39 años, tiene una jubilación de 1.230 bolivianos según su papeleta. “Tengo 5 hijos, no me alcanza”. Otro efectivo cobra Bs 900 por los descuentos de Musepol y del seguro de salud. “Dimos la vida a la Policía y nadie nos ayuda”, dijo. 

“Mi hijo es Cabo, y debo darle hasta pasajes, no les dan nada”

“Mi hijo es Cabo y su sueldo líquido es de Bs 1.120, con ese monto él no puede independizarse ni tener familia, hay días que tengo que darle hasta para sus pasajes”, aseguró ayer una madre que prefirió guardar en reserva su nombre. Una mujer explicó que sus esposos sólo reciben dotación de tela del Gobierno. Tienen que comprarse sus armas, silbato, las manillas, las botas, camisas, insignias, pagar la costura. “Ni siquiera podemos soñar con una casita, sacan préstamos para comprarse un arma que cuesta entre 800 y 900 dólares, es muy injusto y no aguantamos más, hay que pagar alquiler, agua, comida con 1.120 bolivianos”, dijo otra esposa. “Nosotras lavamos ropa, trabajamos para ayudar, abandonamos a nuestros hijos, basta”, dijo otra.

“Han habido abusos contra la tropa y se han sentido abandonados”

“Están aflorando el resentimiento y el rencor de los policías de bajo rango contra los jefes y oficiales que nunca los defienden, que los ven sólo como recaudadores y los han abandonado. Mientras en el Ejército se manejan como un solo cuerpo, porque si se consigue un bono es para todos, en la Policía sólo los jefes cuidan sus salarios y viven del sistema de privilegios, no les importa cómo sobrevive la tropa”, dijo un teniente coronel que confesó que muchos mandos medios reconocen este daño, pero están “paralizados” porque si apoyan a la tropa serán procesados con la Ley 101 y, si no lo hacen, se enfrentarán con la insubordinación “de los humildes” tarde o temprano. Una muestra del abuso y la prepotencia es que los 106 policías que fueron enviados a Colquiri sin abrigo y sin dinero para comer, ayer fueron amenazados con procesos por haber retornado sin autorización.