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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 10:48

Reino Unido vadeará la ola de Ómicron sin confinamientos pese a los 200.000 casos

Por ello señaló que "cualquiera que piense que nuestra batalla contra la covid-19 ha terminado está profundamente equivocado. Este es un momento para la máxima cautela".
 
Reino Unido prioriza a enfermos y ancianos ante escasez de test de COVID-19. EFE
Reino Unido prioriza a enfermos y ancianos ante escasez de test de COVID-19. EFE
Reino Unido vadeará la ola de Ómicron sin confinamientos pese a los 200.000 casos
El Gobierno británico planea vadear la ola de Ómicron sin nuevas restricciones ni confinamientos pese a haber superado por primera vez los 200.000 casos diarios y a los estragos que esa variante genera en los servicios sanitarios, según indicó este martes el primer ministro, Boris Johnson.

En una rueda de prensa celebrada en Downing Street -su residencia y despacho oficial-, el líder "tory" reconoció que el Reino Unido se encuentra ahora mismo "en medio del crecimiento más rápido experimentado nunca en los casos de covid", después de haberse notificado hoy otros 218.724 nuevos contagios.

Ante las nuevas cifras -que incluyen varias jornadas y retrasos a causa de las vacaciones navideñas-, Johnson dijo que "las olas previas de la pandemia no registraron un solo día con más de 100.000 casos notificados; la pasada semana hubo un día con 200.000 positivos y hoy tenemos más de 218.000, aunque incluye datos atrasados".

Por ello señaló que "cualquiera que piense que nuestra batalla contra la covid-19 ha terminado está profundamente equivocado. Este es un momento para la máxima cautela".

Pese al llamamiento a las precauciones, el Ejecutivo británico no planea introducir más medidas restrictivas que las ya contempladas en su "plan B", que aboga por el uso obligatorio de mascarillas para acudir a ciertos lugares cerrados y en el transporte público, la vuelta al teletrabajo y el uso del pasaporte covid así como la realización de test de antígenos antes de acudir a reuniones sociales.

"Creemos que este es el planteamiento correcto. Es un enfoque equilibrado, que debe tener en cuenta un montón de consideraciones, como el efecto en la vida de las personas de los confinamientos, que son dolorosos, que despojan a las personas de oportunidades y que causan un gran daño social, daños en la salud mental de la gente y perjuicios a la economía", dijo Johnson.

Como novedad, a partir del próximo día 10, 100.000 trabajadores considerados "críticos" -de los sectores del procesamiento de alimentos, del transporte y empleados en las fuerzas fronterizas- tendrán prioridad a la hora de obtener test de antígenos para detectar covid-19 y se les pedirá que se hagan pruebas a diario.

En un tono tranquilizador, Johson recordó que las evidencias hospitalarias revelan que es menos probable que enfermos afectados por casos provocados por ómicron precisen de tratamiento en cuidados intensivos y dijo que ya hay un "sustancial" nivel de inmunidad entre la población.

El jefe del Ejecutivo confía en "salir de esta ola de ómicron sin tener que cerrar el país otra vez".

EL SERVICIO SANITARIO, AL BORDE DEL COLAPSO

Por su parte, el asesor médico del Gobierno para Inglaterra, Chris Whitty, alertó en esa misma rueda de prensa de que una tasa menor en el caso de hospitalizados no equivale a decir que los actuales números de ingresos no son "significativos".

De hecho, por ahora, la ómicron parece causar estragos entre los sanitarios del país. Desde el Colegio de Enfermería (RCN) del país alertaron hoy de que las bajas ocasionadas por los efectos de la variante están afectando a los cuidados de los pacientes.

La directora del RCN para Inglaterra, Patricia Marquis, urgió al Gobierno "a ser honesto sobre el estado en el que se encuentra ahora el NHS -servicio sanitario público- y el cuidado social".

"Muchos enfermeros vuelven al trabajo con la mitad de personal que se necesita pero con el mismo número de pacientes a los que atender", dijo Marquis a medios locales.

También Patrick Vallance, el asesor científico del Ejecutivo, dijo que las hospitalizaciones, las bajas de personal (por enfermedad) y la solidez de las infraestructuras para realizar tests serán "indicadores clave en las próximas semanas" del estado de la pandemia.

En un tono más optimista, el epidemiólogo Neil Ferguson, miembro del llamado Grupo Asesor Científico de Emergencias (Sage), cuyos análisis fueron determinantes para disponer el primer confinamiento por la pandemia en marzo de 2020, opinó en declaraciones a la BBC que los casos deberían de empezar a bajar pronto, en una a tres semanas.

El experto consideró que el hecho de que ómicron es "menos severa" que otras variantes anteriores es una "buena noticia", pues esto ha permitido mantener bajos los niveles de hospitalizaciones en comparación a otras olas.