La plaza Colón, la Alameda, el fresco amanecer de un 27 de mayo de 1935, fueron testigos del nacimiento de una institución que al paso de los años tomó un arraigo en el pueblo, el Club Aurora.

La vigoroza y apasionada juventud del Instituto Americano se unió, envueltos en las sombras de una noche para definir las bases de fundación. Quedaban dos cosas pendientes cuando las primeras luces del alba se dejaban sentir, el nombre y los colores de las camisetas.

Saltó una voz ¡AURORA!, haciendo alución al nuevo amanecer ... Ese es el nombre gritó otro y todos aceptaron.

La inmensidad celeste del firmamento y el blanco níveo del Tunari fueron los colores elegidos para la casaca oficial del nuevo equipo de fútbol.

La presencia regular en los campeonatos, las victorias y los títulos alimentaban el espíritu de esta pléyade de jóvenes y en los campos de juego se escuchaba... ¡Cómo el Aurora no hay otro!

En 78 años de vida institucional, pasaron muchos hombres entre dirigentes, entrenadores y jugadores que levantaron los pilares que sustentan la solidez institucional que hoy goza, hacer nombres lleva el riesgo de omitir algunos, que escribieron las páginas de esta historia.

Como en todo hogar, lo fundamental fue levantar la casa en una de las zonas más populosas y emblemáticas de Cochabamba, el perímetro este de la laguna Alalay.

Sus campos deportivos, salpicados de cientos de niños que buscan en el fútbol su futuro día a día llenan los mismos, ambientes que les brindan comodidad y seguridad, son algunos de los elementos para destacar y otros que en poco tiempo más serán realidad, gracias al apoyo del presidente Evo Morales.

Aurora retoma su principio de “semillero” del fútbol nacional.

La celeste vive en el corazón

Roberto Pavisic, es uno de los hombres que le pone el hombro a la institución en el día a día y no duda al manifestar que “Aurora vive en su corazón”.

Fue Roberto quien emprendió con las primeras obras en su complejo deportivo de la laguna Alalay.

“Hicimos una convocatoria a todos los auroristas para que sumaran esfuerzos, unos nos trajeron piedra, otros arena, ladrillo, cemento y levantamos un módulo”, evoca Roberto, cuando el terreno era poco menos que un basural.

Sin duda, este fue el impulso para seguir adelante y ahora se cuenta con una sólida estructura que es motivo de orgullo.

“Seguimos creciendo, el cariño de mucha gente permite emprender más obras y son los niños y jóvenes los más beneficiados con las comodidades que se les ofrece”, acota Roberto Pavisic.

Eleva la mirada al infinito celeste, apreta las manos y exclama: “Son 78 años de vida, una razón para expresar a todos los hinchas, los dirigentes, jugadores y a los niños y jóvenes auroristas mil felicidades”, agrega.

Servidor del equipo del pueblo

José Luis Montaño pastpresidente, se considera un servidor de la institución, como todos quienes asumen responsabilidades de conducción en el equipo del pueblo.

“Tengo el honor de haber estado al mando de la institución, trabajamos con dedicación y mucho cariño por el Gran Aurora y seguiremos apoyando a las directivas que asuman responsabilidades”, nos comenta José Luis.

En este nuevo aniversario Montaño insta a todos los auroristas a unirse para seguir avanzando y crecer institucionalmente.

“En 78 años de vida nuestra institución ha contado con hombres y también mujeres que mantuvieron en alto al club, para los que ya no están entre nosotros una oración de reconocimiento y los que aún nos acompañan mi agradecimiento, porque llevar una institución como Aurora es una gran responsabilidad”.

“Es cierto que deportivamente quisiéramos a nuestro equipo como campeón, pero el fútbol es así, unas veces arriba, otras abajo, pero no perdemos la fe en nuestros jugadores”, aseguró Montaño.