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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Qué debes comer y qué no si tienes diarrea

Hay alimentos que se recomiendan para la población en general, pero este "menú" dependerá realmente de las características de cada persona, como el historial de salud, la edad y la intensidad de la diarrea.

Qué debes comer y qué no si tienes diarrea. GETTY IMAGES
Qué debes comer y qué no si tienes diarrea. GETTY IMAGES
Qué debes comer y qué no si tienes diarrea

¿Qué alimentos son mejores y cuáles perjudiciales? ¿Debo tomar algún medicamento para frenarla? Estas son solo algunas de las preguntas que surgen cuando se padece diarrea, una afección que puede ser causada por diversos motivos, desde una enfermedad crónica o cáncer hasta por motivos de estrés o mal estado de los alimentos.

Cada caso es un mundo y las personas pueden responder de forma diferente a muchos alimentos.

Lo primero que recomiendan los expertos es asegurarse de que la persona está bien hidratada, especialmente cuando se trata de niños y ancianos. "La hidratación y la nutrición son los pilares del tratamiento de la diarrea en todas las edades, especialmente en bebés y niños pequeños", explica la pediatra Luciana Rodrigues Silva.

A partir de ahí, se puede evaluar lo que se debe o no se debe comer.

Hay alimentos que se recomiendan para la población en general, pero este "menú" dependerá realmente de las características de cada persona, como el historial de salud, la edad y la intensidad de la diarrea, indican una serie de estudios y expertos consultados por Cristiane Martins  para BBC News Brasil.

Además, es importante entender que no se trata solo de alimentos recomendados o no, sino también de cómo se almacenan, preparan y sirven. Cada caso es único y corresponde a un profesional especializado orientar lo que debe hacerse. 

Pero, en general, los especialistas no recomiendan algunos tipos de alimentos que tienden a agravar la diarrea en la población general. Entre ellos se encuentran los alimentos grasos, picantes, fritos y dulces, así como los jugos, las bebidas alcohólicas y los alimentos integrales o con fibras dietéticas insolubles. 

Hay muchas causas posibles para la diarrea, como la infección, la inflamación, la intoxicación alimentaria, la intolerancia y las alergias a los alimentos, la dieta desequilibrada, la COVID, los efectos secundarios de los medicamentos, el estrés o afecciones crónicas como el cáncer, la enfermedad de Crohn, la rectocolitis ulcerosa y el síndrome del intestino irritable.

La diarrea puede ser común, pero es una condición de salud seria que puede incluso matar si no se trata adecuadamente.

Los expertos y las autoridades sanitarias recomiendan buscar atención médica en caso de diarrea que dure más de una semana, sangre, pus o  mucosidad en las heces, vómitos persistentes, dolor abdominal continuo o intenso, pérdida de peso, palpitaciones, signos de deshidratación o cambios en el color de las heces.

Los expertos recomiendan no interrumpir la diarrea, porque es una manifestación de defensa del organismo e intentar detenerla puede afectar a la lucha contra alguna toxina de alguna bacteria que provoque inflamación en el intestino, por ejemplo.

Pero hay alimentos que generalmente se aconsejan a todas las personas para aliviar o no agravar los síntomas, como el pollo sin grasa, el pescado (no graso), la carne magra, el arroz blanco, las manzanas sin pelar, las zanahorias, las papas y los plátanos.

Se trata de los llamados alimentos estreñidores, que generalmente causan una reducción de la cantidad de heces y un aumento del tiempo de "tránsito intestinal", lo que ayuda a aliviar los síntomas y a prevenir complicaciones como la deshidratación y la pérdida de peso, explica una guía de la Universidad Federal de Triangulo Mineiro (UFTM).

De la misma forma, hay una serie de alimentos que no suelen recomendarse a los enfermos de diarrea: bebidas alcohólicas, con cafeína o con gas; frituras; azúcar y edulcorantes; legumbres; aceite de oliva y aceites; pimientos; pan integral; especias como el pimentón; dulces y caramelos; fibra; embutidos; nueces; fruta con piel; palta; harina integral; semillas; quesos grasos y maduros; cebada y centeno; alimentos refinados ultraprocesados; alto contenido en grasa; y productos lácteos.