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  • Diario Digital | viernes, 24 de marzo de 2023
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Kristen Stewart: una carrera más allá de "Crepúsculo", que se corona con Lady Di

La actriz está nominada a Mejor Actriz Dramática en los Globos de Oro 2022, por “Spencer”, donde encarna a la princesa Diana de Gales. Durante la última década demostró ser más que el personaje de Bella Swan. 

Kristen Stewart (izquierda) y Diana de Gales (derecha). VOGUE-20MINUTOS
Kristen Stewart (izquierda) y Diana de Gales (derecha). VOGUE-20MINUTOS
Kristen Stewart: una carrera más allá de "Crepúsculo", que se corona con Lady Di

Su actitud ante las cámaras siempre ha hecho pensar que la cima de Hollywood está fuera de su zona de confort. Gestos tímidos, mirada hacia el suelo, sonrisa forzada... La actriz no se siente a gusto cuando los flashes le apuntan, cuando no puede refugiarse en algún personaje, cuando tiene que ser ella misma, el rol que más le cuesta interpretar. Nunca quiso ser actriz, pero sabe encarnar con valentía sus papeles, como el último, de Lady Di, por el que el Festival de Venecia se puso en pie tras la presentación y recibió lauros de la crítica y su nominación a los Globos de Oro, volviendo su nombre de los más sonados para los Oscar. Pese a eso, Kristen Stewart no quiere ni oír hablar de premios. 

Durante la última década, es imposible escuchar el nombre de Stewart sin pensar en “Twilight” (“Crepúsculo”), la saga de vampiros y romance que inmortalizó a la actriz estadounidense con el rol de Bella Swan. Y si bien ella ha intentado salir de la sombra de este personaje durante años, ahora encontró su mejor oportunidad, luego de interpretar a una de las figuras más queridas y reconocidas de la historia contemporánea: la princesa Diana de Gales. 

Lo hará con “Spencer”, una cinta del director chileno Pablo Larraín, que cuenta la historia de un fin de semana crucial a principios de los 90, cuando la princesa Diana decidió que su matrimonio con el príncipe Carlos no estaba funcionando, y que necesitaba desviarse de un camino que la había puesto en primera fila para ser reina. El drama tiene lugar durante tres días, en una de sus últimas vacaciones de Navidad en la finca de los Windsor en Sandringham, Inglaterra. No es un biopic, si no una forma de retratar la lucha que tuvo Lady Di contra todos, incluso contra sí misma, para descubrir quién era realmente.

Y ese último punto fue quizá uno de los que la terminó de convencer para interpretar a la princesa. Entiende lo abrumador del exceso de atención y la lucha por demostrar que se puede ser más que alguien famoso. 

LA ACTRIZ QUE NO PENSABA SERLO

Nacida el 9 de abril de 1990 en Los Ángeles, California, Kristen tuvo una infancia empapada por la industria de Hollywood. Su padre, John Stewart, es productor de televisión, mientras que su madre, Jules Mann-Stewart, es escritora, supervisora de guiones y directora. Sus hermanos, adoptados y biológicos, también están involucrados en la industria del espectáculo.

Curiosamente, cuando Kristen era joven su aspiración no era ser actriz, sino estar detrás de cámaras como el resto de su familia. Sin embargo, se dio cuenta que “era muy pequeña para ser un ‘grip’ (técnicos de cámaras) como mis hermanos, así que supuse que actuaría”, señaló en una entrevista para el libro “The Art of Discovery”. “Era mi única opción. El problema era conseguir un trabajo. Tenía ocho años y no era muy actoral”.

Esta realización pareció ser motivada por su actuación en una obra de teatro escolar que captó la atención de un cazatalentos. Este se contactó con los padres de Stewart quienes decidieron permitir que su hija empezara a ir a audiciones.

Así, a los nueve años, tuvo su primera aparición frente a cámaras, como parte de la película “The Thirteenth Year” (1999). De la misma forma,   hizo su debut en la pantalla grande un año después con “The Flintstones in Viva Rock Vegas” (2000).  

Pero su verdadero inicio en el drama independiente fue “The Safety of Objects” (2001), que le permitió actuar junto a la veterana actriz Glenn Close. Aunque la película no fue muy bien recibida por la crítica, la experiencia sirvió para preparar a la joven intérprete para sus próximas audiciones y reafirmar su deseo de convertirse en actriz. “Pensé ‘oh, esto no es solo un trabajo genial como el de mis padres, esto es quien soy’”, recordó luego.

Un año después, ganó más reconocimiento al aparecer en el thriller de David Fincher “Panic Room” (2002) como la hija del personaje de Jodie Foster, una mujer que tiene que combatir a un grupo de intrusos en su hogar. El rol le   valió su primer reconocimiento y fue nominada a la categoría de Mejor Joven Actriz en los Premios Artista Joven.

MOMENTO DE BRILLAR

En los siguientes años Stewart continuó expandiendo su repertorio, participando tanto de películas independientes como en proyectos de Hollywood. Es así que entre protagonizar filmes indie como “Speak” (2004), “The Cake Eaters” (2007) y “The Yellow Handkerchief” (2008), también participó en cintas con presupuestos multimillonarios como el thriller “Cold Creek Manor” (2003) y “Zathura” (2005) e “Into the Wild” (2007). Fue esta cinta, dirigida por Sean Penn, la que llamó la atención de la directora Catherine Hardwicke mientras se preparaba para un proyecto titulado “Twilight”.

Es así que luego de un encuentro entre Stewart y Hardwicke, la actriz se ganó el rol de Bella Swan, la joven adolescente que después de   mudarse al noroeste estadounidense se encuentra como el objeto de afección de un apuesto —aunque mitológicamente diferente— vampiro llamado Edward Cullen (Robert Pattinson).

A casi 13 años del final de la saga es difícil describir el impacto que tuvo en las audiencias en ese entonces. Aunque la crítica le dio un recibimiento bastante frío, la película logró recaudar el entonces inaudito monto de casi 700 millones de dólares alrededor del mundo.

Con la fama también llegó un extremo escrutinio para Kristen Stewart y Robert Pattinson, aumentado aún más cuando ambos confirmaron que el romance de la ficción había desembocado en uno en la realidad. 

“Solía frustrarme el hecho de que no saltaba a la oportunidad de ser el centro de cierta atención, parecía que era una cretina”, señaló la actriz en una entrevista con Vanity Fair en 2019. “No soy rebelde. No soy una contreras. Solo quiero agradarle a las personas”.

Es así que a partir de 2012, con el final de la saga ya en los cines, Stewart decidió enfocarse más en proyectos más pequeños. “Finalmente tuve una oportunidad para que me vieran, no como esta cosa que la cultura obsesionada con las celebridades decía ‘oh, es esa chica de Twilight”, sostuvo.

DESPUÉS DEL CREPÚSCULO

Luego de un año de descanso, Kristen regresó al trabajo en 2014 con tres proyectos independientes que fueron celebrados: “Still Alice”, “Camp X-Ray” y “Clouds of Sils Maria”. 

Esta última película le valió algunas de las mejores críticas de su carrera, así como el Premio César a Mejor Actriz de Reparto, en 2015, y puede ser considerado su primer paso para la reconstrucción de su carrera post “Twilight”.

Stewart tuvo su regreso al mainstream de Hollywood protagonizando el último reboot de “Los Ángeles de Charlie” (2019), que se convirtió en una bomba en las taquillas, aunque ni esta ni las siguientes cintas le dieron la popularidad que tuvo como Bella Swan. Sin embargo, parece no importarle. 

Ahora como Diana de Gales, Stewart vuelve a su interior. “A pesar de lo duro y agotador que fue fingir, imaginarme ser ella, también sentí más alegría en mi cuerpo que en cualquier otra película. Y eso que en esta cinta se relatan días que no son particularmente divertidos para ella”, aseguró a la revista Woman. 

Con muchas opciones para llevarse el premio Globo de Oro esta noche y ser nominada a los Oscar, Kristen apunta a otro horizonte, uno en el que pueda ser ella misma siempre.