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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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¿La gripe aviar es la próxima amenaza para la salud humana?

La cepa mutante de H5N1 no solo ha infectado a aves migratorias y de corral, sino también a mamíferos. El brote preocupa a la comunidad científica, ya que si las redes de vigilancia global no lo controlan pronto se elevarían los riesgos de transmisión al ser humano.

La cepa mutante de H5N1 no solo ha infectado a aves migratorias y de corral, sino también a mamíferos. ABI
La cepa mutante de H5N1 no solo ha infectado a aves migratorias y de corral, sino también a mamíferos. ABI
¿La gripe aviar es la próxima amenaza para la salud humana?

Mientras el mundo apenas está comenzando a recuperarse de los estragos de la COVID-19, ya se enfrenta a una posible pandemia provocada por un patógeno mucho más mortífero.

Desde hace mucho tiempo, la gripe aviar —llamada más formalmente influenza aviar—ha estado atemorizando a los científicos. Este patógeno, sobre todo la cepa H5N1, no ha infectado con frecuencia a los seres humanos, pero cuando lo ha hecho, ha causado la muerte del 56% de quienes se sabe que la han contraído. Gracias a la poca capacidad que tiene de pasar de una persona a otra, si es que lo hace, no ha producido ninguna pandemia.

Pero las cosas están cambiando. El virus, que desde hace mucho ha sido causante de epidemias entre las aves de corral, cada vez infecta a más aves migratorias, lo cual permite que su propagación sea mayor, incluso entre varios mamíferos, y que se incremente el riesgo de que una nueva variante pueda pasar a los seres humanos y se propague entre personas.

Hace poco se informó con preocupación que una cepa mutante de H5N1 no solo estaba infectando a los visones en una granja peletera de España, sino que lo más probable era que se estuviera propagando entre ellos, algo sin precedentes entre los mamíferos. Y aún peor, las vías respiratorias superiores de los visones son extraordinariamente adecuadas para servir de vectores hacia los seres humanos, señaló Thomas Peacock, un virólogo que ha investigado sobre la gripe aviar.

La mejor defensa contra un nuevo y mortal patógeno es combatir con mucha determinación los primeros brotes, cosa que primero requiere detectarlo con rapidez. Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud y las autoridades sanitarias de todo el mundo ya cuentan con redes de vigilancia para la influenza, pero muchos especialistas en gripe aviar señalaron que no creían que las redes estuvieran funcionando lo suficientemente bien para la gran amenaza que representa. Esa vigilancia tendría que darle prioridad a la gente que trabaja en el sector avícola, pero también extenderse más allá de él.

Thijs Kuiken, experto en gripe aviar en el Centro Médico de la Universidad Erasmus en Roterdam, Países Bajos, comentó que también se debe investigar si no hay gripe aviar en las granjas de cerdos (otra especie susceptible de contraer influenza). Las personas que interactúan con aves y animales silvestres, así como con mascotas de especies susceptibles como los hurones, también presentan mayor peligro. Pero no basta con detectarla; para eliminarla se requiere un gran esfuerzo y una buena coordinación a nivel mundial.

Cuando diversas cepas de influenza han infectado de manera simultánea a la misma persona, estas pueden intercambiar segmentos de genes y dar origen a cepas nuevas y más contagiosas.

A fin de evitar esto, debe haber una gran disponibilidad de pruebas rápidas de fácil accesibilidad a nivel global, sobre todo para los trabajadores de la industria avícola y las personas que manejan aves o fauna silvestre. Además, hay que aumentar con rapidez las posibilidades que tienen las pruebas en la   actualidad. 

Tal vez la noticia más alentadora es que hay varias vacunas para la H5N1 ya aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés), cuya seguridad y respuesta inmune han sido investigadas.

El gobierno de Estados Unidos cuenta con una pequeña reserva de vacunas contra la H5N1, pero esta no sería suficiente si hubiese un brote considerable. El plan que se tiene en la actualidad es producirlas en grandes cantidades si llegara a haber dicho brote, según la variante específica de la que se trate.

No obstante, este plan tiene muchos inconvenientes incluso en los escenarios más favorables. La producción de cientos de millones de dosis de una nueva vacuna podría tardar seis meses o más.

Uno de los grandes desafíos de almacenar vacunas contra la influenza es que con el tiempo estas pueden perder eficacia y que tienen que actualizarse a medida que surgen nuevas variantes. El gobierno de Estados Unidos no está seguro de crear una gran reserva por el temor de que las vacunas almacenadas no sean eficaces contra alguna cepa que pueda ser causante de una pandemia y le preocupa que vayan a expirar. Las autoridades también tienen confianza en poder obtener con rapidez nuevas vacunas contra la influenza producidas de manera masiva.

Varios especialistas en influenza lamentaron la falta de vacunas más generalizadas para pavos y gallinas. Si todas las aves de corral hubiesen sido vacunadas antes, tal vez la H5N1 nunca se habría transmitido tanto a las aves silvestres.

Incluso podría ser de utilidad vacunar contra la influenza estacional a más personas (sobre todo a los trabajadores de las granjas de gallinas y cerdos). Con menos influenza estacional en el mundo, habría menos huéspedes para que el virus H5N1 infecte de manera conjunta, un proceso que puede dar origen a cepas de H5N1 que puedan propagarse con mayor facilidad.

Ya existen antivirales para la influenza, los cuales sirven para todas las cepas, pero tienen que administrarse pronto, lo cual requiere que se hagan pruebas generalizadas tempranas que sean de fácil acceso y de las que haya reservas suficientes y equitativas en todo el mundo.

Los científicos están trabajando en la elaboración de una vacuna universal contra la influenza que posiblemente sirva para todas las variantes, así como para las que puedan ser las causantes de futuras pandemias; tal vez sea una labor titánica, pero la inversión vale la pena.