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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Ciclovías de COVID-19, las rutas ante la pandemia

Varios países de Europa impulsan  el uso de la bicicleta con subvención para comprar o alquilar una. Además, los gobiernos invierten en  infraestructura vial.
Ciclovías de COVID-19, las rutas ante la pandemia

Mientras Francia relajaba las medidas de uno de los cierres por coronavirus más estrictos de Europa el mes pasado, un pequeño ejército de trabajadores de la calle se desplegaba por todo París en la oscuridad de la noche. Colocaron barreras de tránsito a lo largo de los carriles para automóviles y pintaron símbolos de bicicletas amarillas en el asfalto. Por la mañana, se habían colocado kilómetros de “ciclovías del coronavirus”,    repletas de gente que se dirigía de vuelta al trabajo.

Entre ellos estaba Christophe Tafforeau, de 52 años, director comercial de una agencia de capacitación laboral, que se abría paso entre la multitud durante su viaje posterior al confinamiento de la pandemia. “Es la primera vez que voy en bicicleta a mi oficina, pero es que no quiero arriesgarme a usar el transporte público”, afirmó Tafforeau, después de un viaje de 20 minutos a través de París para asistir a su trabajo cerca de la Bastilla. “Estoy aprendiendo a hacer de la bicicleta mi principal medio de transporte”.

A medida que las ciudades europeas salen de la cuarentena, las bicicletas comienzan a jugar un papel fundamental en la movilidad de la fuerza laboral. Los gobiernos están tratando de reactivar sus economías después de una profunda recesión, pero no pueden confiar plenamente en el transporte público para llevar a los trabajadores a sus puestos de trabajo debido a la necesidad del distanciamiento social. Al menos en las zonas urbanas, las bicicletas son de pronto un mecanismo improbable para reiniciar el crecimiento económico.

Los estadounidenses también están recurriendo en masa a las bicicletas, ya que el coronavirus limita la actividad y desalienta el uso del transporte público; sin embargo, en Europa, donde muchas ciudades han integrado la bicicleta a los medios de transporte, la pandemia está acelerando una transición ecológica para limitar el tráfico de automóviles y reducir la contaminación, en especial a medida que las nuevas investigaciones establecen vínculos entre el aire contaminado y los índices de mortalidad de la COVID-19.

IMPULSO GUBERNAMENTAL

Francia, Italia, Gran Bretaña y sus vecinos están acelerando la inversión de cientos de millones de euros en infraestructura nueva para bicicletas y estrategias para que la gente se ponga a pedalear.

En todo París, los residentes pueden obtener hasta 500 euros (unos 554 dólares) en subsidios para adquirir una bicicleta eléctrica o un reembolso de 50 euros (56 dólares) para reparar una vieja, lo que hace que miles de personas hagan filas serpenteantes en los talleres de mantenimiento. Los proyectos de alquiler de bicicletas públicas están registrando una demanda récord. Con la aparición diaria de nuevos caminos, las ventas de este vehículo de dos ruedas se han cuadruplicado en las ciudades europeas que terminaron el confinamiento en casa, y los comerciantes minoristas han reportado escasez.

“Esta crisis ha dejado claro que necesitamos cambiar la forma en que vivimos, trabajamos y nos transportamos”, aseguró Morten Kabell, director ejecutivo de la Federación Europea de Ciclistas. “En la época del distanciamiento social, las personas desconfían del uso del transporte público, pero las ciudades ya no pueden aceptar más autos, así que están recurriendo a la bicicleta como una forma natural de movilidad para el futuro”.

EL TRANSPORTE DEL FUTURO

Las ciudades europeas han reducido la capacidad de los metros, los autobuses y los trenes suburbanos hasta en un 80%. Tan solo en París, aproximadamente 10 millones de personas se aglomeraban a diario en el transporte público antes de la cuarentena; hoy, para mantener el espacio entre los pasajeros, solo se permite la entrada de dos millones. Para gestionar el flujo excedente y evitar que los autos vuelvan a inundar las calles, las autoridades han pedido a las empresas que mantengan a los empleados trabajando desde sus casas cuando sea posible, y que escalonen los turnos de quienes sí deben ir a trabajar. Se están ensanchando las aceras a fin de que haya espacio para más peatones y se está animando a los conductores solitarios a compartir el coche con pasajeros que utilicen barbijos.

“Hace unos cinco o seis años hablábamos de pasar de los combustibles fósiles a los coches eléctricos”, dijo Christophe Najdovski, alcalde suplente de París. “Ahora, estamos hablando de pasar de cualquier tipo de automotor a otros medios de transporte, especialmente bicicletas”.

El Gobierno británico liberó este mes un fondo de 250 millones de libras (unos 310 millones de dólares) para reasignar más espacio público a los ciclistas, ensanchar las aceras y crear corredores exclusivos para bicicletas y autobuses. 

Milán presentó un programa llamado “Strade Aperte”, o “Calles Abiertas”, que creó 35 kilómetros de vialidades nuevas para ciclistas y peatones como parte de un proyecto mayor para transformar el centro de la ciudad y reducir la contaminación. El Gobierno italiano presentó un subsidio del 70 por ciento para la compra de bicicletas.

Los berlineses ofrecieron flores a los trabajadores que colocaban los senderos ciclistas por toda la capital alemana.

París ha estado a la cabeza de esta transformación. Antes del coronavirus, la ciudad ya había añadido unos mil kilómetros de carriles protegidos para bicicleta en los últimos años, eliminando los autos de las vías principales.

La alcaldesa también destinó las autopistas junto al río Sena para ciclistas y peatones, y cerró franjas de avenidas muy transitadas, lo que atrajo la ira de los críticos, que afirmaron que las medidas habían fracasado pues provocaron mayores congestiones viales y más contaminación.

En Cochabamba, se habilitó pequeñas ciclovías para dar espacio a las bicicletas; sin embargo, apenas se inauguraron se registraron algunos accidentes debido a la imprudencia de los automóviles. La regulación aún no es difundida. 

La pandemia trajo consigo muchos cambios, dentro de ellos algunos positivos, como e impulso al uso de la bicicleta que, además de generar menos contaminación ambiental, es  beneficioso para la salud.