Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 20:06

Alwa, la rapera alteña que reivindica la pollera a través de la música

Pese a no recibir el apoyo de su familia para hacer música, asegura que tiene muchas ganas de seguir. Alista un EP con cinco canciones, algunas en aymara. La falta de dinero también es una limitante. 

Alwa en el videclip de su tema “Principio sin fin”.        FOTOS- CORTESÍA ALWA
Alwa en el videclip de su tema “Principio sin fin”. FOTOS- CORTESÍA ALWA
Alwa, la rapera alteña que reivindica la pollera a través de la música

“Hoy me presento. Soy la Alwa, una mujer orgullosa aymara, orgullosa de ser boliviana. Hoy yo no voy a parar. No voy a descansar hasta mis sueños lograr. Hoy me queda suspirar y sin mirar hasta atrás. Hoy yo lo voy a lograr y nadie me va a callar”, versa el tema “Principio sin fin” con el que Alwa, una joven alteña de pollera, lanzó su carrera musical. 

El video, de poco más de 1 minuto y 30 segundos, que se subió a YouTube y ya tiene casi 8 mil visualizaciones, tuvo un efecto mayor al esperado por Alwa (26), quien adoptó ese nombre como su identificación de pila. “Prefiero Alwa nomás”, dice. 

Lejos del misterio que deja que la envuelva en cuanto a su identidad, no rehúye a responder   los halagos y mucho menos las críticas o cuestionamientos que recibe en relación a su vestimenta. “Yo me visto todos los días de pollera. Así voy a mi universidad”, cuenta a OPINIÓN. 

Y aunque tampoco se considere a sí misma como un referente feminista, su música reivindica la incursión de mujeres en espacios –como el género rap y el hip hop- tradicionalmente copados por varones, además del uso de la pollera.   

Comenzó a escuchar rap cuando era adolescente, como a sus 14 años, según hace memoria. “En mi colegio nadie escuchaba ese tipo de música”, recuerda. 

Por su barrio, ubicado en Ciudad Satélite, una de las zonas más concurridas de El Alto, las reuniones de chicos aficionados al rap y el break dance era común. Ahí pudo acercarse por primera vez, conocer de cerca los pasos y, quizá inconscientemente, adquirir un nuevo gusto musical. “Entonces, para conocer más, empecé a escuchar esa música y era hip hop”. 

Aunque era más común escuchar discos de artistas extranjeros, los músicos nacionales eran –y son- su predilección. En ellos encontró amigos, como las mujeres raperas de El Alto; sus artistas favoritas. 

Pese a tener un estilo definido desde adolescente y compartir con los aficionados del rap en su barrio, durante años el gusto de Alwa se mantuvo en secreto dentro de su familia, hasta que su video marcó tendencia en redes y los medios comenzaron a llamarla para pedirle entrevistas.  

“No les gusta. Entonces sí ha sido sorpresa,        al menos para mi papá. Cuando usted se ha enterado, mi papá al mismo tiempo se ha debido enterar que yo cantaba”, relata, entre risas, a través del teléfono.  

Ella tiene claro que este camino que eligió como cantante es personal y la satisfacción también. Así que asume el reto como algo propio. 

“Yo también sé que no le gusta (papá), y no le va a gustar. Pero ni modo”, comenta. 

Además de dedicarse a la música y aunque su canción dice en una de sus estrofas que “vivirá del rap”, Alwa estudia Publicidad y Marketing, algo que asume como beneficioso para promocionar sus obras musicales.  

 “Mis papás sí o sí quieren que sea profesional, entonces tengo que cumplir en esa parte. Y si yo cumplo, entonces, me van apoyar, por qué no”, dice. 

Así, con trabas que van desde el poco apoyo familiar y la falta de recursos económicos para producir sus temas, Alwa se considera una afortunada. “Porque en realidad no he tenido mucho apoyo en ese sentido. He tenido mucha suerte. No tenía dinero para hacer esta producción”. 

La “suerte” que tuvo para presentar este video la atribuye a una serie de acciones y colaboraciones que recibió de su entorno musical. “Todo es regalado. Ha sido un aporte para mí”, indica. 

Su single no solo marca el inicio en la carrera como cantante de Alwa, sino también un reto personal. Cuenta que hizo la producción para probar, “a ciencia cierta”, si valdría la pena emprender este camino. Y sí que lo vale. 

“Esta primera producción ha sido como una prueba. Por eso se hizo bien cortito. Y dije ‘a ver cómo me va con esto’”, cuenta.

José Gabriel Mamani junto con Dennis Q. Issa y Rubén Urquizo Chalco son los encargados de facilitar el despegue de Alwa y los artífices de que el videoclip de “Principio sin fin” sea un trabajo de alta calidad. “Cuando vi el resultado me sorprendí. Yo esperaba que sea algo más casero, pero su producción me gusta harto. Yo misma no dejo de mirar mi video”, confiesa entre risas. 

Y si tener un video de esa calidad era poco probable para Alwa, recibir el apoyo de tanta gente a través de redes sociales era impensado. 

El video, que fue subido a YouTube el 15 de marzo, se compartió velozmente a través de las redes sociales. Y los comentarios  de apoyo se extendieron a cuentas totalmente lejanas a Alwa. “Hay todo tipo de comentarios, más positivos que negativos. Pero yo estoy tranquila. No siento que haya hecho el ridículo, no siento que me haya pasado con las palabras”, sostiene. 

Cuenta que no tenía la intención de expandirse a otros departamentos, pero el internet la llevó a casi todos los rincones del país. 

Además del cuestionamiento a la autenticidad de su vestimenta, también cuenta que le observaron no cantar en aymara, pero ella asegura que tiene composiciones en el idioma andino. 

Ya dio la primera muestra de su talento y templanza. Ahora busca grabar un EP con cinco canciones. Sin embargo, tiene una traba importante: el dinero. “Lo que me ha detenido desde el inicio es el dinero, porque yo tengo muy buenas ideas para mis videos”, comenta. 

Como en una primera ocasión en la que el apoyo de otros artistas fue visible, espera que este nuevo camino también esté marcado por el trabajo en comunidad. 

En menos de un mes, la aparición de Alwa en la palestra musical nacional captó la atención y el apoyo popular. Aunque no se identifica como feminista, sí asume su arte como una forma de mostrarse como es y dar un lugar a otras mujeres.

Vivir de cerca los conflictos poselectorales de 2019 fue una lección de lo que la convulsión social puede dejar “Ha sido algo bien desesperante. No sé quién iba venir a atacarnos, pero hacíamos vigi-lia. Nunca pude entender. Fue mucha confusión”. 

Por eso, para Alwa, escribir y componer desde su realidad, la alteña, es su manera de reivindicar la justicia social alejada de una postura política. “Cansados estamos de tanta injustica. Cansados estamos de tragar mentiras. Hoy, mañana, siempre lloramos nuestras almas. Valiente Senkata al fin liberada”, se lee en una de sus composiciones.l