Algunas notas sobre el suicidio
Posiblemente, el suicidio sea de los temas más polémicos y complicados de los cuales uno podría escribir, pero ¿por qué no hablar de ello? Si como dice Murakami: “La muerte no existe en contraposición a la vida, sino como parte de ella”.
La muerte, así como la lluvia que aparece de manera imprevista y de distintas formas, cuyas gotas golpean nuestro cuerpo y nos generan distintos sentimientos, asimismo será para cada uno la reacción que pueda tener frente a la muerte. Pero es parte de la vida, pues uno habita con ella. Más aún en uno de los momentos más oscuros y dolorosos en la vida de los sujetos, que es el llegar a suicidarse.
¿Cómo se puede entender que una persona se suicide? El psicoanalista colombiano Héctor Gallo nos dirá que: “La causa del suicidio es siempre interna, la cual articula algo del pasado con una situación del presente que produce un desencadenamiento, lo que se conoce como pasaje al acto, es decir, un acto que, en algunos casos, es irreflexivo en un momento de un impulso incontenible, de un apasionamiento incontenible”. Claro ejemplo de esto es el suicidio de Carles Casagemas, pintor de fines de siglo XIX, amigo íntimo de Pablo Picasso.
Carles Casagemas, perdidamente enamorado de Germaine Gargallo, una bailarina y modelo de esa época en París, acude, después de varios intentos, al Café de l’Hyppodrome, donde propone nuevamente su amor, y ante el rechazo de Germaine en un momento de un impulso incontenible, ante la sorpresa de todos, saca una pistola. Casagemas disparó dos tiros, uno que intentaba matar a Germaine pero que erra y el otro que se dispara en la sien para suicidarse. Si bien se sabía que era un hombre con arranques de ira y que pasaba bruscamente a estados de exaltación, se puede observar cómo hace un pasaje sin mediación alguna.
Un dato interesante del suicidio de Casagemas es la profunda impresión que deja esto en un joven Pablo Picasso. Un sentimiento que el pintor acabaría por exteriorizar de la mejor forma que sabía: pintando. Y como si tratara de ahuyentar los fantasmas del suicidio de Carles, Picasso pintó distintos óleos en los que retrataba la pérdida de su amigo, creando a partir de estas “el período azul de Picasso”, pues quien se queda con el dolor del muerto es el vivo y Picasso encontró una forma de lidiar con ello a través de este período en sus pinturas.
Por otro lado, también hay suicidios que son construidos, así como plantea Héctor Gallo: “Una persona va haciendo una construcción metódica de un momento culminante. Tiene que ver con un dolor de existir, en donde el sujeto empieza a pensar que la vida no tiene sentido, un sentimiento de desamparo, que no vale la pena vivir y, entonces, mejor no cultivarla. Ese es un suicidio completamente racional, elaborado y construido, hasta que llega un instante propicio en donde se lleva a cabo el pasaje al acto. Esos suicidios regularmente son sin reversa porque son muy premeditados y, entonces, se construyen de tal manera que no se falle”.
Ejemplos claros de este último se pueden observar, primero, en el vocalista de Nirvana, Kurt Cobain, donde se ve claramente cómo poco a poco su vida fue desembocando en el final que tuvo. Otro ejemplo son las muchísimas historias no contadas que se tienen en “Aokigahara”, el bosque de los suicidios de Japón.
Es imposible prevenir el impulso incontenible de una persona o lo contingente de esta vida, sin embargo, es posible ver ciertas características que muestran la posibilidad de un pasaje al acto suicida o prestar el acompañamiento que requiere alguien que ha pasado por un intento de suicidio. Alojar y escuchar sin juzgar a estos sujetos.