Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 17:42

Aldeas Infantiles SOS: los deseos de unión y solidaridad de los niños en Navidad

 La institución promociona su campaña “Las cartas perdidas de Papá Noel” para sensibilizar a la población sobre la realidad que viven los infantes. 

Una de las familias del área de fortalecimiendo familiar de Aldeas Infantiles SOS.  ALDEAS INFANTILES SOS
Una de las familias del área de fortalecimiendo familiar de Aldeas Infantiles SOS. ALDEAS INFANTILES SOS
Aldeas Infantiles SOS: los deseos de unión y solidaridad de los niños en Navidad

“Yo le pido a Papá Noel que este año mi regalo, mi dinero, le pueda dar a uno de los niños de la calle”; “Mi deseo es que mi hermana Claudia haga unas roscas para llevar a los niños de la calle”; “Yo quiero una pelota, pero también quiero que los niños estén felices, no quiero que sufran”. Esos son solo algunos de los deseos que tienen los hijos “de corazón” de Mercedes Zambrana, una mamá SOS que se encarga del cuidado de cuatro niños que llegaron a Aldeas Infantiles SOS luego de separarse de sus familias biológicas por distintas causas, la mayoría de ellas, dolorosas. 

Para los niños y niñas que viven en familias SOS los regalos materiales son, a veces, secundarios. Luego de pasar por circunstancias difíciles, que conllevan en la mayoría de los casos violencia, abusos o adicciones, el valor de la unión familiar es lo más importante. La empatía que adquieren a su corta edad es solo una muestra de la importancia de crecer y vivir en un hogar lleno de amor, como el que se busca dar en cada una de las 27 familias SOS que hay en Cochabamba. 

Uno de los hogares es justamente el de Mercedes Zambrana, quien dedica su vida al cuidado y protección de niños que llegan hasta Aldeas. “Son mis hijos de corazón. Yo doy gracias a Dios por estar en este espacio porque me he realizado como persona y más que todo como madre. Mi servicio con mis hijos es de cuidado, y sanarles de todas las pérdidas, los peligros que han tenido y las situaciones que han pasado ellos porque sus derechos han sido vulnerados. Yo les protejo”, afirma. 

Zambrana es mamá de cuatro niños de Aldeas y de uno propio. Pero, por sus manos y cuidados pasaron desde bebés hasta adolescentes, en total más de 33 hijos, como ella les llama. De hecho, ya es ‘abuela’ y mantiene lazos estrechos con cada uno de ellos, pese a que hayan seguido su camino fuera de la institución. 

“Aprendí a valorar a mi mamá, a las mamás, porque es una tarea ardua. Lo único que quiero es que mis hijos sean felices, realizados profesionalmente y con un corazón que sepa valorar y agradecer donde han crecido”, explica.

Los cumpleaños, los logros educativos y el crecimiento personal de los niños son la alegría de mamás SOS como Mercedes. “No somos de sangre, pero sí mamás de corazón”. 

La familia de Zambrana espera las fiestas de fin de año porque es un momento de reencuentro y unión entre todos sus integrantes. El entusiasmo de los niños comienza en noviembre a sabiendas de que durante Navidad podrán reunirse con sus hermanos. Y, como parte de la tradición que tienen -además de decorar y cocinar juntos- escriben cartas a Papá Noel. “Ellos desean que todos los niños tengan lo que ellos están disfrutando, y eso nos conmueve porque no solo piensan en ellos. Desean que este año se reúnan sus hermanos. También que sus familiares estén disfrutando juntos”, cuenta Mercedes. 

El año pasado, debido a la pandemia, no pudieron reunirse con todos sus seres queridos por lo que ahora las ansias son mayores. Para ellos, el valor de la familia es lo más importante. 

UNA ÉPOCA PARA AYUDAR

Alexis Claus, hermano de Papá Noel, es el cartero que perdió las cartas con los deseos de los niños bolivianos para esta Navidad. Por eso, pide a la población encontrarlas o  escribir unas nuevas con un pedido especial para estas fechas, y compartirlas en redes sociales para que el movimiento crezca. 

Ese es el relato que creó Aldeas Infantiles SOS para la campaña “Las cartas perdidas de Papá Noel”, que busca dar a conocer, a través de cartas, los deseos de los niños que son parte de la institución. “Son niños que piden estar con su padre que no viene, que reclaman más tiempo de su madre, que piden no sufrir violencia, que piden reencontrarse con sus hermanos, antes que pensar en regalos”, explica Alberto Melgar, gerente de programa de Aldeas Infantiles SOS Cochabamba.

La idea es sensibilizar  a la población conociendo la realidad que viven los niños y que, además, puedan ser parte de ese movimiento ayudando de diferentes formas. “La Navidad se ha convertido en algo muy comercial. No solamente hay que hablar de regalos físicos”, sostiene Melgar. 

Como cada año, la institución lleva adelante una serie de campañas y actividades con el fin de recaudar fondos. Por ejemplo, están a la venta tarjetas navideñas, calendarios 2022 y cuadernos, entre otros productos. Asimismo, realizaron un bingo con múltiples premios, entre ellos un auto nuevo. 

Otra de las iniciativas es encontrar “amigos SOS”, que son donantes individuales que dan un aporte mensual mayor a los 40 bolivianos. 

Sobre las fiestas de fin de año, Melgar explica que la institución es respetuosa de las creencias y formas de vivir de cada familia y que su principal objetivo es que los niños vivan en armonía, más allá de una tradición concreta. “Respetamos el credo o la fe que cada una (familia) pueda tener. Podemos encontrar una madre que es católica, otra que es evangélica. Somos muy respetuosos de cómo la familia vive su Navidad”, afirma Melgar. 

FORTALECIENDO HOGARES

El trabajo que realiza Aldeas Infantiles SOS en Bolivia comenzó hace 52 años ligado específicamente a niños y niñas que perdieron o están en riesgo de perder el cuidado parental. 

Su labor está enfocada en dos servicios: el primero referido al cuidado alternativo con los niños que no tienen un hogar y que en Aldeas Infantiles encuentran uno sustituto con el objetivo de que ejerzan su derecho a crecer con una familia. 

El segundo servicio es el fortalecimiento familiar para prevenir el abandono infantil. 

El asesor de Desarrollo Familiar de Aldeas Infantiles SOS, Willy Canqui, explica que esta área está enfocada en identificar a familias en riesgo y vulnerabilidad, y trabaja con ellas en tres etapas: la primera es denominada familias en crisis, dura un año y trabaja en salud, educación, protección y nutrición; la segunda, llamada desarrollo, está enfocada en fortalecer la educación y los derechos humanos dentro de la familia; y la tercera es de autosuficiencia, con el objetivo de que cada familia pueda crear su propio emprendimiento y generar ingresos. 

Se espera que todo el proceso de apoyo dure tres años; sin embargo, si se necesita más colaboración se puede extender el tiempo.

“A veces, es de estas familias de donde salen los niños que están en las calles o familias que sufren alta violencia intrafamiliar, viven en hacinamiento, tienen bajo nivel educativo, problemas de salud. Generalmente son mujeres cabezas de hogar a cargo de estas familias”, detalla Melgar.

La familia de Bertha Martínez es una de las beneficiarias del servicio. Ella vive con su hija y sus seis nietos, tres de los cuales tienen discapacidad. La responsabilidad de salir a trabajar le impedía cuidar a los niños todo el día, además que tenía dificultades económicas, por lo que buscaron ayuda en Aldeas Infantiles. 

Bertha asegura que ahora pudieron mejorar su calidad de vida, comprarse electrodomésticos y otros objetos básicos para su casa. “Les enseñé a hacer pan porque con algo se tienen que ayudar, yo no voy a estar siempre”, afirma Martínez.  

Actualmente, en Cochabamba, hay dos aldeas SOS en las que viven 27 familias, 14 en Tiquipaya y 13 en Cercado. En ellas viven 150 niños y niñas, de edades variadas, e incluso también hay jóvenes. 

Asimismo, Aldeas Infantiles apoya a 100 jóvenes que ya no viven con las familias, pero siguen requiriendo ayuda. De la misma forma, trabaja con 300 niños en el fortalecimiento familiar. “Hacemos una propuesta familiar. En las aldeas, los jóvenes se quedan hasta los 22 o 23 años, dependiendo de su situación. Nosotros respetamos una dinámica familiar, la prioridad de cada persona”, indica Melgar. 

Bajo esa misma dinámica, los niños no son separados según el sexo —como sucede en algunos centros de acogida—, sino que se promueve la unión familiar entre los hermanos. 

Entre los múltiples problemas que enfrentan los niños y niñas antes de llegar a Aldeas Infantiles SOS está la violencia intrafamiliar como principal afectación. “Esto deriva en situaciones trágicas, como el feminicidio, infanticidio u otras como el abandono, niños en las calles, vulneración en sus derechos con violencia física, psicológica y sexual”, describe Melgar.

Sin embargo, un dato importante es que el 70% de los menores de edad que están en centros de acogida tienen familia, lo que evidencia que el principal problema no está en los niños, sino en su entorno de origen que, por diferentes motivos, está quebrado.

“Lo que hay que hacer es fortalecer esas familias e impedir que suceda vulneración de derecho. Es importante promover medidas y acciones de prevención. Es decir, prevenir antes de lamentar”, sostiene Melgar. 

Se pueden encontrar todos los artículos de Aldeas Infantiles SOS disponibles a la venta en su oficina ubicada en la calle Jordán, entre Oquendo y 16 de Julio.