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Peter Travesí, ese que vuelve cada septiembre

Peter Travesí, ese que vuelve cada septiembre
¿A quién recordamos? Al hombre artista que amaba actuar y podía convertirse en cualquier personaje en segundos. Al que fuera del escenario era serio, pero dentro hacía reír a cientos. ¿A quién? Al hijo de dos artistas. Al huérfano de padre, hermano de tres. Cantante. A quien revivió el teatro de revista en el país. Alto, pelo negro, ceja frondosa, nariz alargada, grande sonrisa. Al dulce Charanguito, a la “autorededad” Siscucho Mamani, al pariente Romer Vaca Diez, al sufrido Margarito. Actor. A quien en su certificado de muerte se lee: “Infarto agudo del miocardio-paro cardio respiratorio”, pero se dice que aún gritaba dentro su tumba. A quien se le negó la atención cuando suplicaba en la puerta de un hospital. A quien murió sin avisar en agosto de 1990 y cuyo entierro paralizó al país. A quien reaparece en nuestra ciudad cada 23 de septiembre.

¿A quién recordamos?

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“Risas, aplausos, talentos, afectos y lágrimas en homenaje a la memoria de Peter Travesí”, decía el títular del períodico Los Tiempos el 4 de septiembre de 1990, casi un mes después de la muerte de Peter. En el mismo periódico, unas páginas más adelante, la periodista Amanda de Costas se despedía de él, al que nunca conoció, y de sus personajes, que todos conocimos: “todos estos maravillosos personajes, todos esos seres han muerto contigo, el show continuará pero ya no será el mismo”.

“Peter Travesí, como su padre Julio, vivió el teatro: desgraciadamente, también como su padre, murió de una muerte prematura el 8 de agosto (...). La cruda realidad es que el teatro mató a Peter Travesí: a pesar de su éxito taquillero, el déficit de la compañía Tra-la-la ascendía a más de 60.000 dólares, situación agravada por el alejamiento de sus mejores actores. Me imagino que la presión aceleró su prematura muerte”, escribe Oscar Muñoz, en su texto El Ibart: Su historia.

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-Cantaba muy bonito y tocaba la guitarra- dice Cecilia Travesí, su hermana mayor, ahora de 67 años, en un entrevista con Pino Moreira. Era una persona muy seria fuera del escenario. De pequeño era serio pero le encantaba cantar, bailar, contar chistes. Hacía magia. Le encantaba la magia. Siempre estaba haciendo cosas raras. Una época, se dedicó a fotógrafo y tuvo su estudio. Por épocas le venían las cosas y le encantaba, además, todo lo que se relacionaba con el arte.

-Tuvimos que entrar cuatro para cubrir el trabajo de él solo- dice Daniel Travesí, su hermano, presentador y administrador de Tra-la-la en una entrevista a Desirée Durán en el canal PAT-. Él dirigía, escribía, se ocupaba de la música e iluminación. Nosotros nos repartimos sus funciones.

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Peter Travesí Canedo nació el 21 de Noviembre de 1957 en Cochabamba, cuando ya había nacido una de sus hermanas, Cecilia, pero no los menores -el varón, Daniel, la mujer Giannina-. Todos ellos, gracias a su padre, Julio (escritor y actor colombiano), y su madre, Gilda Canedo, actriz boliviana, habían estado rodeados por teatros desde incluso antes de nacer. Los padres de Julio, el actor español Fernando Travesí y la cantante uruguaya María Nido, daban giras por toda Latinoamérica acompañados de sus hijos. Ya más adulto, Julio decide quedarse en La Paz a producir revistas y, en una de esas, encuentra a Gilda, su esposa.

Los niños recordarían con felicidad esa infancia que los marcaría para toda la vida, detrás de bambalinas, entre trajes y reflectores.

-Yo que me acuerdo desde muy pequeños hemos estado en teatros-dice Cecilia Travesí. Durmiendo en camarines, esperando a mis papás. En viajes de teatro.

Peter ya brillaba desde entonces. En las reuniones de amigos de sus padres, él iba al centro de la mesa y empezaba a contar chistes. Unos años más tarde, ya actuaba en el elenco de la familia “Artistas Unidos”, considerados como la mejor gente del teatro cochabambino.

En 1968, el Instituto Boliviano de Arte (Ibart) crea el Festival de Teatro “Julio Travesí”, en honor al padre, amigo, director y fundador que se había ido. Existen ocho versiones de este evento donde, a pesar del tenso panorama en el país, participan agrupaciones nacionales y extranjeras.

Hasta que llega la hiperinflación y convierte al teatro en una actividad económicamente imposible. En 1982 el Festival se cancela; el mismo año el teatro Achá se cierra para una nueva remodelación que se extiende hasta 1990.

Al no existir actividad teatral, Peter crea Tra-la-la, un espectáculo de niños, que le permitiría satisfacer las necesidades de su familia, pero también esas de estar arriba de un escenario. Así fue como con 25 años Peter dejó el teatro tradicional y nunca -nunca- dejó de trabajar.

-Primero asistían 3 a 4 niños con su padre o madre, luego aparecía 1 niño con 2 padres, después 1 pequeño con los papás más sus amigos- dice Daniel Travesí. Y dijimos: ¿oye y si lo hacemos para adultos? Y así nace Este es Café Concert, la primera actuación de lo que es ahora Tra-la-la.

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El 25 de febrero de 1982 se estrena El mundo de los niños el primer espectáculo infantil de Peter. Luego, al darse cuenta que atraía a más adultos que niños, comienza su nueva revista Tra-la-la junto a su familia.

-El revivió la etapa de la revista, dice Cecilia Travesí.

Con humor satírico social y político, Tra-la-la logró ganarse a un público, siempre reacio al teatro.

En 7 años y con 34 obras puestas en escena y cerca de 40 personajes -con el Charanguito como el más amado-, Peter se encontraba en su auge.

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¿A quién recordamos?

A quien, a pesar de sus propios problemas económicos, lograba mantener a una treintena de actores en las tablas. A quien nos enseñaba de unidad, de pasión, extremos y libertad.

¿A quién recordamos?

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-Partió en la mejor época de su carrera artística- recuerda Cecilia Travesí. Pero dicen que así se van los grandes.

-Lo enterramos y volvimos a trabajar. Así de duro fue, pero quizá de no haber montado ese show, la realidad del elenco sería diferente- acota Daniel Travesí. Tal vez eso es lo que nos ayudó a seguir, porque si hubiéramos esperado más, no lo hubiéramos soportado, sentencia.

La madrugada del miércoles 8 de agosto Peter comenzó a sentir mareos. Su esposa, Paola, lo lleva a la Clínica Belga. Ahí, a las 2:30 de la madrugada, nadie responde a los llamados de auxilio. Entonces es conducido a la Clínica Montaño, cerca de su vivienda. En el consultorio, el Charanguito se desvaneció. El corazón dejó de palpitar: Peter estaba muerto.

Cochabamba queda paralizada. Cientos, quizás miles, atienden a su funeral. En los periódicos se lee “El show debe continuar”. 15 días después, Tra-la-la vuelve a presentarse con Celilia y Daniel a la cabeza, para nunca, nunca dejar de trabajar.

El 4 de octubre de 1990, se decreta la Ley número 1190 que instituye la creación del Premio Nacional de Teatro Peter Travesí Canedo para recordar al afamado actor y promover las artes escénicas en Bolivia.

Al año siguiente, comienza el Premio con una pequeña obra titulada Rashomon, con la participación de elencos cochabambinos, orureños, paceños y cruceños. Pasan 5, 15, 20 años, llegan invitados y producciones extranjeras, los mejores actores se hacen presentes, la calidad de las obras aumenta, se actúan escritos nacionales, adaptaciones de escritores extranjeros.

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¿A quién recordamos?

Al hermano, hijo, esposo, artista, al boliviano que en medio de todas la adversidades, en un ambiente completamente hostil, en una época sin libertad, nos consolaba. A quien se fue y se llevo a 34 consigo.

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Ahora es 2016, septiembre. Otra vez, ese nombre un tanto quimérico y hasta mitológico, reaparece y las tablas de Cochabamba se llenan de la mejor producción teatral del país.

-A veces, me querían comparar o intentaban ponerme esa presión de llenar el vacío de Peter- dice Daniel Travesí. No puedo ponerme a su nivel pero sí seguir con las mismas ganas que él entregaba cuando subía a la tarima.

En la vigésimo quinta versión del Premio Peter Travesí, diez compañías del altiplano y el valle se presentan en diferentes teatros de la ciudad, se alistan, repasan los libretos, entran en personaje, y así, con las mismas ganas, se suben a la tarima una vez más.

*Ganador Mención en Periodismo Cultural Escrito