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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 22:02

‘Ozark’: la estupenda temporada 4 confirma que es una de las series imprescindibles de Netflix

Han pasado casi dos años desde la tercera temporada de ‘Ozark’, serie que se ha convertido en una de las mayores sorpresas de Netflix. Con un recorrido relativamente discreto ha ido ganando adeptos a medida que se han ido estrenando nuevas temporadas. Ahora, llega el final de su recorrido, con su cuarta y última temporada que se encuentra disponible en la plataforma de streaming desde el pasado 21 de enero
La familia Byrde, protagonista de la serie ‘Ozark’ en un capítulo de su última temporada. NETFLIX
La familia Byrde, protagonista de la serie ‘Ozark’ en un capítulo de su última temporada. NETFLIX
‘Ozark’: la estupenda temporada 4 confirma que es una de las series imprescindibles de Netflix

El primer gran regreso televisivo de Netflix para este 2022 es el de ‘Ozark’, una de las series estrella de la plataforma que en su tercera temporada al fin dio ese paso adelante que le faltaba para alcanzar la grandeza. Poco después nos enteramos de que tendría una cuarta y última tanda de episodios más larga de lo habitual y que se dividirá en dos entregas.

Este viernes 21 de enero es cuando la compañía de streaming ha decidido lanzar los siete primeros episodios de esta temporada final de ‘Ozark’. Yo ya he tenido la oportunidad de ver cinco, los cuales lidian con las consecuencias de lo visto al final de la tercera. Una evolución pausada pero siempre tensa que mantiene la línea habitual de la serie, con la particularidad de que aquí ya está claro que prácticamente cualquier cosa podría suceder...

El arranque de esta cuarta temporada da especial importancia a la relación profesional de los Byrde con Omar Navarro. (Ojo con lo que queda de párrafo si no viste la anterior temporada, que hay spoilers) Tras la ejecución a sangre fría de Helen, estaba claro que capo de la droga tenía algún plan en mente y no tardamos en descubrir sus ambiciosas intenciones. No es algo que nunca se deje de lado, pero sí que otras tramas van ganando presencia a medida que pasan los episodios y van quedando claras las intenciones de los personajes.

Como era de esperar, Wendy es la que sufre una transformación más marcada, pues tendrá que lidiar con otro problema de índole familiar también importante para que el deterioro del personaje interpretado por Laura Linney sea aún más evidente.

Hasta ahora, Julia Garner había sido siempre lo mejor de ‘Ozark’ con diferencia, pero Linney ya lo bordó al final de la tercera temporada y aquí vuelve a brillar. Su personaje ha ido perdiendo humanidad de forma paulatina y aquí, tras el inevitable shock inicial, se sigue esa senda, quedando cada vez más claro que va a ser capaz de hacer lo que sea tanto por lograr su propia supervivencia como por conseguir todo el poder que anhela.

No es que su personaje vaya por su cuenta en estos episodios, pero sí que es cada vez más evidente que no está bien y que su monstruo interior va despertando poco a poco. De hecho, el resto de su familia sí que va actuando un poco a su aire, ya sea para solucionar los problemas que surgen con el negocio de la droga o por cómo lidian con lo que les ha sucedido hasta ahora.

Esto es algo que el equipo liderado por el showrunner Chris Mundy aprovecha bien para ir desarrollando los diferentes focos de interés, la mayoría ya conocidos, pero hay varios nuevos personajes que complican más las cosas, sobre todo el detective privado encarnado por Adam Rothenberg, a quien quizá recordéis por ser en su día uno de los protagonistas de ‘Ripper Street’.

Todo eso acompañado de una nueva apuesta por un uso de colores algo más claros, algo que ya se notó en la tercera temporada. No es que con eso se quiera transmitir un mayor optimismo, pero sí parece ir un poco en consonancia con la idea de que los Mundy están logrando salir del agujero en el que ellos mismos se metieron. Otra cosa es que acabe con ellos recuperando la libertad o en una orgía de sangre. A fin de cuentas, esto último también tendría bien de color, aunque muy marcado por el rojo.

Con todo, la violencia en estos cinco episodios vuelve a ser algo que siente en el aire, una amenaza silente pero constante que podría explotar en cualquier momento. Ese tono de incomodidad -e intensidad- constante es algo en lo que ‘Ozark’ siempre ha sabido moverse bien, pero justo es reconocer que a veces podía parecer que no iba a llevar a ninguna parte o que se estaba ganando tiempo. Aquí nada de eso sucede, ya que en todo momento transmite la sensación de estar yendo en una dirección clara.

La cuarta temporada de ‘Ozark’ confirma el crecimiento que mostró la serie en el tramo final de la tercera y va preparando el camino para lo que promete ser un apasionante final. Luego quizá se quede corta en algún aspecto, pero estos cinco episodios no me han dado ningún motivo para desconfiar de sus responsables.