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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 09:36

El Cuervo presenta en la FIL de Buenos Aires libro de Ariel Magnus

La editorial boliviana participa del evento en la capital argentina, donde ha lanzado la novela Doble Vida, del escritor bonaerense. A esa publicación ha sumado su catálogo completo, que incluye obras de autores bolivianos, latinoamericanos y europeos en distintos géneros. El volumen está también disponible en librerías bolivianas.
El Cuervo presenta en la FIL de Buenos Aires libro de Ariel Magnus

La Feria Internacional del Libro (FIL) de Buenos Aires, que comenzó el 28 de abril y se extenderá hasta el 16 de mayo, tiene presencia de la editorial boliviana El Cuervo, que llevó su catálogo boliviano-latinoamericano, incluyendo la novela Doble Vida, del escritor argentino Ariel Magnus (Buenos Aires, 1975).

A decir de El Cuervo, Ariel Magnus se distingue por la buena dosis de humor que pone en sus obras, no siendo la excepción su novela más reciente, Doble Vida, la cual narra una historia de amor y de engaño. Parafraseando a Patricio Zunini, Magnus pone en mesa de debate diferentes tópicos sociales que aquejan en nuestra época, pero a la par decodifica la realidad desde su aspecto más excéntrico. 

Doble Vida es un título considerado “magnífico”, lleno de humor y giros inesperados, que puede encontrarse la en el stand de La Coop, No 625, del Pabellón Azul de la FIL de Buenos Aires, así como en librerías de Bolivia.

Sobre Ariel Magnus

Ariel Magnus es un autor y traductor nacido en 1975 en Buenos Aires. Estudió becado en Alemania Letras y Filosofía, y actualmente escribe ficción y traduce textos del alemán, inglés y portugués. 

Suyas son obras como Un Chino en bicicleta (2007), Doble Crimen (2010), La 31, una novela precaria (2012), A Luján, una novela peregrina (2013), Cazaviejas (2014), En tiempos de buscas perdidas (2015) y El que mueve las piezas (2017). Además ha traducido textos de autores como Herman Hesse, Franz Kafka, Peter Handke, entre otros.

Doble Vida

Sinopsis

¿Puede alguien engañar al ser amado con el fin de protegerlo de la cruel verdad del amor? Cual imanes descompuestos que primero se repelen y luego se atraen, los personajes de esta cómica tragedia de enredos pendulan entre el amor y el desamor, entre la fantasía y realidad, entre el sueño y la vigilia. En la confusión de estas vidas paralelas se extravían en una esa realidad difusa que se aclara cuando todos aceptan que han engañado y sido engañados.

En su extensa y brillante carrera literaria, Ariel Magnus suele abordar desde un sector marginal los temas cruciales que en la sociedad se están debatiendo. Como si tuviera una antena capaz de captar el signo de la época, pero con un cierto desfase que le hiciera decodificar la realidad desde lo excéntrico —en el sentido de estar fuera del centro— y, por eso, paradójicamente, de una manera más nítida, más contundente y notablemente más incómoda. Su estilo se reconoce en las marcas del humor, el absurdo, la polisemia, las contradicciones lógicas. (Patricio Zunini)

Primeros párrafos

I

No hay quizá peor tragedia que la que viene sucediendo desde antes de que uno se entere. Mientras que la tragedia repentina pega y se va, dejándonos entre sus escombros, ya de cara a la reconstrucción, la tragedia largamente amasada añade, a la incertidumbre sobreel futuro, el vacío casi más angustioso de un pasado de pronto lleno de anuncios posibles, indicios que uno no quiso ver, años de vivir en una mentira.

La tragedia particular de Anoush se declaró un viernes de septiembre, aunque había empezado años antes, también en un día específico. Ninguno de los dos momentos había tenido nada de especial, y habrían pasado igual de desapercibidos si su marido no los hubiera relacionado entre sí, al ponerla a ella al tanto de lo que venía sucediendo entremedio.

Los viernes eran el día de Anoush. Dejaba su “Instituto de Belleza Integral Anoush” ya al mediodía para dedicar el resto de la jornada a su propia belleza integral, cosa que por principio hacía en un lugar distinto, aunque fuera incómodo, saliera mucho más caro y hasta podía interpretarse como una falta de confianza en su propio instituto. Por el contrario, era fiel a la filosofía del mismo, según la cual no había belleza integral si uno no estaba plenamente abocado a lograrla, algo imposible en el lugar de trabajo. Toda la semana Anoush se hacía hacer cositas por sus empleadas, con quienes trabajaba desde la apertura del instituto y a quienes adoraba, pero los viernes por la tarde era el momento de estar con ella misma de veras, en un lugar ajeno, y en nada enajenaba su dinero con mayor gusto que en su apariencia.