Wilson Cusillo Cuéllar, de 29 años, pasará los próximos 30 años en la cárcel por acabar con la vida de su padrino Limbert Avilés Sejas. La víctima, de 33 años, era músico de los Juveniles Ghipson Boys y hacía trabajos de albañilería para sustentar a su familia.

El crimen se registró la noche del lunes 10 de octubre en Curubamba, Sacaba, cuando el músico estaba llegando a su domicilio. Su esposa escuchó que la llamaba y salió de su habitación. Limbert se tocaba el abdomen, mientras se apoyaba en la puerta.

La mujer se acercó, levantó la polera de su esposo y descubrió que tenía múltiples heridas punzocortantes. El músico alcanzó a delatar a su asesino, mientras era trasladado hasta un establecimiento de salud. Llegó al Hospital México de Sacaba, pero por su delicado estado fue derivado al Viedma, donde llegó sin signos vitales.

Según las investigaciones, Wilson compartió bebidas alcohólicas con su padrino. Estaban dirigiéndose al domicilio de la víctima cuando comenzó una discusión que terminó en tragedia.

La versión de Wilson, contada por el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Cochabamba, Ronald Tapia, tiene que ver con un crimen en supuesta “defensa propia”.

Dijo que su padrino sacó el cuchillo de su casa con la intención de atacarlo, pero él se lo arrebató y le asestó varias puñaladas. “Según versión del autor, ellos consumieron bebidas y luego se dirigieon al domicilio del ahora occiso donde estaban descargando una carga de papa que iba a ser vendida. En ese momento, comienzan a discutir y posiblemente proceden a la agresión. El victimado sacó un cuchillo que fue arrebatado por el autor, quien le provocó varias heridas punzocortantes”, señaló Tapia.

El director de la FELCC acotó que Limbert sufrió unas tres heridas punzocortantes que fueron letales. También tenía otras 12 heridas cortantes en el abdomen y tórax.

Wilson tiene antecedentes. La Justicia primero le dio detención preventiva, por dos meses, por un robo. El autor se sometió a procedimiento abreviado, pero logró su libertad condicional, según Tapia.

Cometió otro delito. Mató a su padrino y dejó huérfanos de padre a dos niños, de 6 y 11 años. Por este crimen, recibió 30 años de presidio, sin derecho a indulto, en el penal de El Abra. 

Familiares, amigos y vecinos acompañaron ayer a Limbert a su última morada.