La desolación, las preguntas sin respuestas y la necesidad de justicia acompañan a las familias dolientes de los policías y el miembro del Grupo de Apoyo Civil de la Policía Boliviana (GACIP) acribillados el martes 21 de junio en Porongo, Santa Cruz.

El hecho de que la Policía aprehendiera, el miércoles, a Misael Nallar, yerno de Jesús Einar Lima Lobo (hombre considerado como el "pez gordo" del narcotráfico en Bolivia), y que lo identificara como el autor intelectual del triple asesinato no alcanza para los deudos de los uniformados caídos de forma sanguinaria.

Este jueves, Liliana Sánchez, la viuda del sargento Alfonso Chávez, evidenció su dolor ante la pérdida de su esposo, con el que estuvo casada durante 13 años.

El pedido de justicia por la muerte del policía, abatido de rodillas por los guardaespaldas de Nallar, se oye de forma reiterada desde sus labios.

"Quiero que se aclare este caso, pido justicia para mi esposo. Como a perro me lo han matado".

La mujer se quedó a cargo de cuatro menores de edad que nacieron fruto de la relación. Según ella, el sargento era el único que proveía lo necesario para los gastos del hogar. Por ello, Liliana entró en desesperación.

"Me dejó con cuatro niños. Yo no trabajo. Dependía de él. Era el sustento de la familia. Quiero justicia para mi esposo. Con él, 13 años de casada tenia, ¿qué va a ser de mis hijos?, Son cuatro y son pequeñitos. No me lo van a devolver", lamentó la viuda.

LA ÚLTIMA MORADA

Se estima que los restos mortales de los sargentos caídos Alfonso Chávez y Eustaquio Olano; y el voluntario del GACIP David Candia sean enterrados hoy a las 15:00. Umna hora antes será la misa de cuerpo presente.

EL CRIMEN

Este miércoles, tras horas de incertidumbre con respecto a la manera en que habían sido abatidos los uniformados, se conoció que los tres fueron brutalmente asesinados por colombianos que usaban chalecos. Poe el triple crimen, fue aprehendido Misael Nallar, yerno de Lima Lobo.

Los dos policías y el voluntario del GACIP fueron ultimados cuando estaban de rodillas, confirmó el comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, tras conocer los resultados del estudio de balística.

Según información policial, los funcionarios estaban patrullando en la zona cuando la camioneta se enfangó en arena. En el lugar, identificaron a un grupo de personas que circulaba en cuadratracks, mientras consumía alcohol.

El sargento Chávez le comunicó la situación al responsable de su unidad, quien se dirigió al lugar con un mecánico que logró sacar el vehículo de la arena. Sin embargo, los oficiales fueron interceptados por los colombianos, quienes los obligaron a arrodillarse y los acribillaron con armas largas calibre 7.62 y 5.56.