Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Manchas de sangre en un taxi, bolsas negras y prendas, claves del doble asesinato en Lipari

Édgar Álvaro Q.A y Josué Luis M.L., presuntos autores del doble asesinato, son presentados por la Policía. POLICÍA BOLIVIANA
Édgar Álvaro Q.A y Josué Luis M.L., presuntos autores del doble asesinato, son presentados por la Policía. POLICÍA BOLIVIANA
Manchas de sangre en un taxi, bolsas negras y prendas, claves del doble asesinato en Lipari

Manchas de sangre en el asiento de un taxi, dos bolsas negras y prendas de vestir de las víctimas son parte de los elementos probatorios que llevaron a detener la madrugada del martes a Édgar Álvaro Q.A y Josué Luis M.L., como presuntos autores del doble asesinato de Ronald E. y Katherine Q., quienes fueron asfixiados y encontrados sin vida la mañana del lunes en la zona de Lipari, La Paz.

El comandante general de la Policía Boliviana, Jhonny Aguilera, informó que un hombre se contactó con los efectivos para hacerles conocer que su vehículo tenía manchas de sangre y que su chofer Édgar Álvaro Q.A., al ser consultado, le confirmó que estuvo compartiendo bebidas alcohólicas con las dos personas que fueron encontradas sin vida en Lipari. Le dijo que las víctimas estaban inconscientes y que tuvo que dejarlos sentados en esa zona.

Para Aguilera, la versión del chofer es ‘falsa’ puesto que al interior del taxi no solo evidenciaron las manchas hemáticas, sino las dos bolsas negras, que habrían usado para asfixiarlos hasta quitarles la vida, y algunas prendas de vestir de los fallecidos por que el delito habría sido ‘premeditado’. 

Se presume que las cuatro personas estaban compartiendo bebidas alcohólicas cuando comenzaron a discutir al interior del vehículo. Ronald E. tenía una lesión en la nariz y las manchas de sangre en el asiento del taxi serían de él. La víctima también trabajaba como taxista en la misma empresa que Édgar Álvaro Q.A, quien era su amigo. 

La última vez que su familia vio con vida a Ronald fue el sábado cuando les dijo que llegaría tarde porque iba a trabajar hasta obtener los recursos económicos suficientes para cubrir su deuda bancaria y cumplir con la asistencia para sus dos hijos. La otra víctima, Katherine Q., salió de su casa el domingo y no retornó más.