Se dice que para muestra basta un botón, pero en este caso son cuatro. Estos casos de feminicidio reflejan una realidad de impunidad en el que se observa el sistema judicial que rige en el país.

Desde Voces Libres consideran que hay miles de estos delitos contra la mujer y estiman que solo un 50% llega a una sentencia final.

No sucede lo mismo con los intentos de feminicidio, en los que el 98.7% de los casos quedan en la impunidad en Bolivia. Es decir que, salvo que los agresores las hayan matado, son entre 7 y 8 años de trámites judiciales en busca de justicia y el resultado: entre dos y tres años de cárcel, lo que significa perdón judicial y trabajo comunitario, entre otras medidas poco efectivas.

“¿Aguantar todo este tiempo para esto?, es lamentable. Solo el 1.3% de estos casos llega a sentencia”, explicó Mercedes Cortez.

LOS CASOS

1. En 2009, Lorena Rondal, madre de dos niños, fue víctima de feminicidio en Cochabamba. Su esposo fue detenido, sin embargo, antes del juicio oral en el que se le dio 30 años de reclusión logró su libertad y huyó a Santa Cruz. El año pasado fue nuevamente atrapado, pero esta vez fue acusado de echar ácido a su nueva pareja y la hija de esta.

2. Una mujer denunció a su pareja por amenazas de muerte tras conocer que anteriormente estuvo detenido, en dos ocasiones, en la cárcel de El Abra por tentativa de feminicidio. Según se conoce, llevó a su anterior pareja a Santiváñez donde la estranguló y estuvo a punto de matarla, incluso cavó una fosa para enterrarla. 

Tras salvarse, la expareja logró hacer la denuncia y que sea encarcelado, pero por circunstancias inciertas, el hombre quedó en libertad y volvió a intentar matarla. Esta vez también fue llevado a prisión y poco tiempo después se lo vio por las calles con su nueva pareja, la misma que al enterarse de lo que es capaz el hombre con el que decidió compartir su vida y las amenazas de muerte que recibió denunció a la Policía.

3. El maltrato a dos niños por su padre, logró desvelar una historia de muerte. 

Los pequeños, durante la intervención de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia contaron que su progenitor estaba en la cárcel por el feminicidio de su madre.

No se entiende cómo quedó libre, pero además tenía la custodia de sus hijos.

4. En Beni, se conoce el caso del feminicida Jaime Pimentel que es atendido por Voces Libres. Si bien confesó el delito y fue sometido a un proceso abreviado ejecutoriado en la misma audiencia, dos años después su abogado interpuso un recurso que anuló la sentencia y se debe ir a un nuevo juicio.

La defensa de Pimentel estuvo a punto de lograr la cesación de su libertad, lo que fue evitado y el caso se encuentra en revisión en Sucre. Advierten que este caso, que está a punto de convertirse en emblemático,  deja un mal precedente por la anulación de la sentencia y la intención de iniciar un nuevo juicio.