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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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A dos años del feminicidio de Nancy, el juicio comenzará mañana en Uyuni

La víctima tenía dos meses de embarazo cuando acabaron con su vida y quemaron su cuerpo en una localidad de Potosí. Alejandro O., su pareja, es el principal sindicado del crimen.

Nancy Nayda Pedrozo Romero, víctima de feminicidio. CORTESÍA FAMILIA PEDROZO ROMERO.
Nancy Nayda Pedrozo Romero, víctima de feminicidio. CORTESÍA FAMILIA PEDROZO ROMERO.
A dos años del feminicidio de Nancy, el juicio comenzará mañana en Uyuni

A dos años, un mes y 20 días del feminicidio de Nancy Nayda Pedrozo Romero, un Tribunal de Sentencia de Uyuni fijó que este 21 de septiembre inicie el juicio contra Alejandro O.C., pareja de la víctima, y otros dos hombres más.

Nancy tenía 30 años y dos meses de embarazo cuando le quitaron la vida y quemaron su cuerpo, el 1 de agosto de 2020. Desde entonces, Lidia Romero, madre de la joven, y sus hijas no hallan consuelo y peregrinan por justicia. Piden que los acusados sean sentenciados con la pena máxima, de 30 años de cárcel, sin derecho a indulto. 

Alejandro O.C. es el principal sospechoso del crimen de Nancy, pero no el único. Su sobrino Max Emiliano O.L. también ha sido acusado y hay una tercera persona implicada que aún no ha sido capturada, según información de allegados al proceso investigativo. El primero se encuentra con detención preventiva en el Centro de Readaptación Productiva Santo Domingo de Cantumarca, Potosí, y el segundo en el penal de Uyuni.

DOLOR

la vida de Lidia Romero, madre de Nancy, dio un giro inesperado hace poco más de dos años. Ha “decaído”, pero sigue luchando para encontrar justicia por el feminicidio de su hija. 

Durante el proceso, algunas personas le dijeron que estaba perdiendo su tiempo y dinero y le sugirieron que abandone el proceso porque seguramente los imputados iban a ser liberados en cualquier momento, pero ella no se dio por vencida y espera que se dicte una sentencia justa para el descanso de su hija y de su nietecito que estaba en camino.

SUEÑOS Nancy era una joven tímida e introvertida, pero con muchas ganas de superarse. Así la recuerda su hermana Lizbet.

Unos siete años antes del crimen, Nancy y sus dos hermanas estudiaron Confección Industrial a través del programa Mi Primer Empleo Digno en Potosí. Ahí, conocieron a Alejandro porque era el ayudante del profesor de costura. Alguna vez le dirigieron la palabra para consultarle sobre un corte o algo referente al curso.

No supieron de él por muchos años. En abril de 2020, Alejandro buscó a las hermanas Pedrozo para ofrecerles trabajo en su taller de costura “Ale Sport” en Cruce Ventilla, Challapata. A una de las jóvenes le contó que estaba buscando una esposa y eso la incomodó y rechazó la propuesta. Nancy, que no acostumbraba salir con amistades, también fue contactada y aceptó el trabajo para apoyar a su familia.

Nancy ya se había titulado de la carrera de Educación Infantil y Parvularia, pero no pudo ejercer porque estaba ayudando a su mamá en el campo en Estancia Uracaya, en la comunidad de Coroma, donde se dedicaban a la crianza de ovejas y llamas. A principios de 2020, ingresó a Sastrería, pero suspendió sus estudios por la pandemia. En ese momento, apareció Alejandro, de unos 50 años, y la enamoró. Le decía que quería casarse con ella y formar un hogar.

Su familia desconfiaba de la honestidad de Alejandro, pero la joven estaba enamorada y decidió irse a vivir con él y, en ese tiempo, descubrió que era violento. En julio de 2020, Nancy se realizó una prueba de embarazo en el Centro de Salud Villa Venezuela de Potosí, mientras estaba en Uracaya apoyando a su madre, y llamó a su pareja para contarle que iban a tener un hijo.

DESAPARICIÓN Y CRIMEN

El 1 de agosto, Nancy salió de su casa ubicada en Uracaya. Se despidió de una de sus hermanas y le dijo que viajaría a Cruce Ventilla para encontrarse con Alejandro, con quien vivió unos tres a cuatro meses. La joven llamó a su madre por última vez entre las 16:00 y 16:30, y le dijo que estaba a unos cinco kilómetros de Uracaya esperando movilidad. Desde entonces, no supieron más de ella hasta que parte de sus restos óseos calcinados fueron hallados el 23 de agosto en la localidad de Chita, a unos 50 kilómetros de Uyuni.

Según las investigaciones, la víctima fue llevada a un lugar desolado donde procedieron a quemarla sin tener constancia si estaba con vida o no. 

Antes de conocerse el fatal desenlace, la familia de Nancy estuvo buscándola por distintos pueblos y pegando afiches con su fotografía con la esperanza de encontrarla con vida. Alejandro se mostró preocupado y salió a las calles preguntando por su “esposa embarazada” para no levantar sospechas.

“Ese hombre nos engañó. Ni siquiera pensamos que él podía ser el asesino porque supuestamente nos estaba ayudando a buscarla. Sus últimas actitudes nos llevaron a dudar porque sus palabras parecían amenazas”, contó una de las hermanas de la víctima.

Se conoció que Alejandro les dijo a sus cómplices que debían mantenerse en silencio. “Nadie debe enterarse de lo que ha pasado (con Nancy)”, les advirtió y fingió buscarla, según fuentes allegadas al proceso investigativo.

Finalmente, el 4 de septiembre, la Policía presentó a Alejandro O.C., pareja de la víctima, y al cuñado de él, como presuntos autores de la desaparición y asesinato de la joven embarazada. Después de varios meses de investigación, el cuñado fue sobreseído del proceso y otros dos hombres, uno de ellos prófugo, fueron implicados en el crimen.