Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 07:25

Salar de Uyuni revive; espejos de agua y ‘locas’ y atractivas imágenes cautivan a turistas

Turistas disfrutan de uno de los atractivos más importantes del mundo, el salar de Uyuni. LESLIE LAFUENTE/ULISES PACO
Turistas disfrutan de uno de los atractivos más importantes del mundo, el salar de Uyuni. Foto: ULISES PACO
Salar de Uyuni revive; espejos de agua y ‘locas’ y atractivas imágenes cautivan a turistas

A dos años de la pandemia de la COVID-19, el silencio y las calles vacías de Uyuni quedaron atrás. 

Japoneses, coreanos, israelitas, holandeses y turistas de otras nacionalidades llegan de a poco al pueblo altiplánico para visitar el enigmático salar de Uyuni, una de las maravillas naturales del mundo. 

Debido a las lluvias y el agua retenida en el salar, por ahora solo es posible visitar algunos sitios como Colchane, el monumento al Dakar, ojos de agua, los hoteles de sal o la escalera al cielo, llamativa obra del afamado artista Gastón Ugalde. Pero esto no impide sentir la magia del salar más grande del mundo y vivir una aventura inigualable. 

Ubicado en el sur de Bolivia y a 3.650 metros sobre el nivel del mar, el desierto de sal tiene una superficie de 10.582 metros cuadrados.

Por esa planicie, los turistas vuelven a recorrer y tomarse imágenes “locas y divertidas”, que dan vuelta el planeta a través de las redes sociales. 

Una fina capa de agua convierte la planicie blanca en un espejo, en el que se refleja el cielo y las nubes.

Son efectos visuales inigualables que atrapan horas de horas a turistas que buscan captar fotografías impactantes.
Guías del lugar aseguran que este tipo de efectos visuales solo se da en época de lluvia y se estima que hasta finales de marzo los turistas podrán captar estas imágenes.

Hoy Uyuni vuelve a revivir; el comercio en la pequeña y fría ciudad altiplánica se siente. Las agencias hacen sus ofertas incluso con algunas rebajas en busca de acelerar la reactivación y así sepultar los tristes y desolados días de confinamiento que paralizó el turismo.

Llegar a Uyuni desde Cochabamba, centro de Bolivia, puede llevar entre ocho y nueve horas por una carretera asfaltada.