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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Iglesia aboga por una justicia libre de toda clase de venganzas y presiones ideológicas

Durante su homilía dominical, recordó que la sociedad humana desde siempre se manejó bajo la lógica del más fuerte, de la competencia y por la Ley del Talión, “ojo por ojo, diente por diente”, sin tomar en cuenta que la justicia de Dios más temprano que tarde llega para todos.
El arzobispo Sergio Gualberti en su homilía en la Basílica San Lorenzo Mártir.
El arzobispo Sergio Gualberti en su homilía en la Basílica San Lorenzo Mártir.
Iglesia aboga por una justicia libre de toda clase de venganzas y presiones ideológicas

El arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, abogó este domingo por la construcción de una justicia libre de toda clase de venganzas, presiones, intereses sociales e ideológicos, para construir una sociedad sobre relaciones justas y fraternas entre las personas.

Durante su homilía dominical, recordó que la sociedad humana desde siempre se manejó bajo la lógica del más fuerte, de la competencia y por la Ley del Talión, “ojo por ojo, diente por diente”, sin tomar en cuenta que la justicia de Dios más temprano que tarde llega para todos.

Afirmó que, en la propuesta de Jesús, el amor es el único camino que puede desarmar a los infiernos de la violencia, del odio y del mal para que no haya división de clases ni discriminación, eliminando estructuras y sistemas que causan atropellos a la vida y a los derechos humanos.

Indicó que las armas que propone Jesús para realizar una sociedad nueva son, empezando por los enemigos, el amor, la bendición, la no violencia, la fuerza activa del amor y el perdón. Solo un amor que genera vida y nuevas relaciones de justicia, solidaridad y fraternidad, puede romper la espiral de la violencia, del abuso y de la injusticia en la convivencia humana, indicó.

Pidió descartar el egoísmo personal o de grupo como criterio rector de las relaciones con los demás y optar por la justicia y el amor que nos hace solidarios y partícipes de los problemas y necesidades de los demás.

Manifestó que Jesús lanza tres exhortaciones para tener una sociedad justa: no juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.

Sostuvo que este amor misericordioso nos ayuda a no caer en la tentación tan común a nivel personal en las redes, en los medios de comunicación de criticar, juzgar y condenar a los demás.

Dijo que la enseñanza de Jesús hoy nos pide comprometernos en recrear una sociedad nueva, justa y en paz con la fuerza activa del amor verdadero.