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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 03:42

La difícil escolaridad en tiempos de acoso

La difícil escolaridad en tiempos de acoso
La difícil escolaridad en tiempos de acoso
La difícil escolaridad en tiempos de acoso

Los felices años de la escuela y el colegio son, casi, pura historia para los estudiantes de este tiempo. Como nunca los niños y adolescentes afrontan desafíos abrumadores ante el incremento de la violencia, el acoso en las aulas, presencial o virtual, y, además, los agobios emocionales y físicos, entre otros.

De acuerdo con varios organismos internacionales e investigaciones periodísticas, Bolivia es uno de los países con altas tasas de violencia intrafamiliar en el continente, al punto de temer que el hogar podría ser, en algunos casos, escenario de riesgo para niños y adolescentes.

Y, del sartén a las brasas: en los centros educativos, presenciales o virtuales, el bullying o acoso no decrece, sino que se enraíza en el relacionamiento dentro del aula a través de burlas, insultos, apodos denigrantes, humillaciones o violencia física, todos los días del año escolar. Este acoso deja como secuelas situaciones de estrés, angustia, depresión, baja autoestima entre las víctimas y, si no hay apoyo emocional, en casos extremos se piensa en el suicidio.

Las páginas de Internet como datos.macro.expansion o repositorio.umsa.bo coinciden en señalar que los índices de esta extrema decisión  se duplican en Bolivia en relación al promedio mundial de 9,5 por cada cien mil habitantes.

Muchos jefes de familia, maestros y directores de centros educativos ven el acoso escolar como un problema muy grave al que debiera de darse aún más atención prioritaria en las políticas gubernamentales de educación.

Tanto UNICEF como consultorías especializadas en educación y estudiosos del fenómeno del acoso escolar han diseñado programas y políticas que, sin embargo, no están logrando los resultados deseados. Y la pregunta de cómo bajar los índices de violencia física o verbal en las aulas, de cómo proteger a las víctimas de acoso continúa pendiente de respuesta clara y efectiva.

Probablemente, una de las fuentes donde se origina este cúmulo de sentimientos negativos que afloran en el bullying sea el núcleo familiar, tan venido a menos por la crisis matrimonial, las migraciones y los problemas económicos y a la espera de estudios más sistemáticos.

La profesora de primero de primaria, Peregrina Pastén, de La Paz, constata a diario que mucho del acoso escolar proviene del núcleo familiar. Las clases virtuales del pasado año, por ejemplo, permitieron oír el maltrato verbal que madres, padres o abuelos daban a los pequeños -olvidando el micrófono abierto- cuando éstos tenían dificultades de reconocer sus primeras letras, recuerda la maestra.

“Los niños a esta edad asimilan todo. Lo bueno y lo negativo. Lo copian y lo repiten. Y se corrobora con sus dibujos de la familia, de su entorno, de lo que les gustan o les disgusta”.

Se refleja también en las formas que ellos tienen de relacionarse con sus compañeros, imitando lo que ven o lo que sufren en su casa o en su entorno inmediato. “Cuando los niños se muestran rebeldes, agresivos o tristes y melancólicos nos damos cuenta de que están sufriendo abusos o presenciando discusiones entre los padres o los adultos con quienes conviven. Y hay que ayudarles”, expresa la maestra.

Un asistente de aula de un centro educativo de Santa Cruz trabaja muy de cerca tanto con los acosadores como con las víctimas, junto con otros maestros y capacitadores en la lucha contra el bullying. 

Cree también que los niños imitan y repiten patrones de conducta de padres o de adultos con los que están en contacto. Si los adultos son intolerantes, los niños son intolerantes con sus compañeros, señala Miguel, asistente de aula. Del mismo modo, agrega, los niños pueden emular acciones de otros jóvenes que hayan podido lastimarlos, humillarlos o insultarlos y existe la tendencia de que luego busquen a otra víctima más débil, en la que pudieren descargar sus frustraciones.

Algunos padres preparan a sus hijos para afrontar situaciones difíciles en los centros educativos con pautas interesantes como el evitar a los “conflictivos”, o, entrenar a los hijos sobre cómo reaccionar ante los acosadores.
 
Asaf, un preadolescente vecino de Sacaba, en Cochabamba, soportó la actitud malévola de una compañera de clase que no solo intentaba aislarlo de los otros niños susurrándoles al oído mientras le dirigía miradas acusadoras, sino que le informó que había puesto el nombre de Asaf a su perro. “Me enojó mucho saberlo ese momento, pero pensé que no era cierto”, recuerda el niño que, por entonces tenía ocho años. “Un día estábamos reunidos los niños y adultos” y, esta niña llamó a su mascota por el nombre de Asaf enfrente de todos: “me sentí muy mal, me sentí triste, angustiado, sin fuerzas para poder seguir. Era un dolor muy grande y no tenía ganas de hacer nada más”.

Sandra, la mamá de Asaf, expresa que también sufrieron mucho al ver a su hijo llorando por los amargos momentos que soportaba debido al acoso de su compañera de clase. Entonces se dieron a la tarea de investigar las razones del comportamiento tan dañino de la niña. En resumen, era una niña que se sentía abandonada pues no vivía con sus padres. 

“Mis papás me ayudaron mucho en estos momentos difíciles. Me hicieron pensar que, probablemente, esta niña estaría atravesando momentos difíciles y por eso tenía esa mala actitud”, dice Asaf, que optó por no responder con insultos u ofensas “pues actuar con la misma maldad me haría sentir mucho peor. Como resultado, aprendí que la venganza nunca es buena”. 

Entre las ayudas ofrecidas por diversas instituciones para afrontar el acoso, los medios de comunicación en varios países de la región han destacado por su excelencia dos videos del portal JW.ORG de los testigos de Jehová que están dirigidos a los jóvenes y a los niños.

El primero de “La Pizarra Animada” titulado “Cómo defenderte sin dar un solo golpe” explica a los jóvenes las diversas formas del acoso y da pautas estratégicas para enfrentarlo, en un video de menos de cuatro minutos. https://www.jw.org/es/biblioteca/videos/#es/mediaitems/TeenSocialLife/docid-502013189_1_VIDEO
El segundo video corresponde a la serie “Hazte amigo de Jehová” y anima a los niños a enfrentar de forma pacífica y serena al acosador, después de pedir protección a Dios.

https://www.jw.org/es/biblioteca/videos/#es/mediaitems/BJF/pub-pk_43_VIDEO

UNICEF y algunos portales de Internet han publicado sugerencias y pasos a fin de que las víctimas puedan afrontar y evitar en lo posible el acoso escolar. Debido a las restricciones por la pandemia, entre ellas el cierre de escuelas y colegios para dar paso a las clases virtuales, se han dado casos de ciberacoso, mediante el correo electrónico, los mensajes de texto y a través de otras plataformas escolares y redes sociales.

 Entre las muchas recomendaciones a los escolares a fin de protegerse del ciberacoso se menciona, por ejemplo:

- Pensar antes en lo que se va a publicar. ¿Quiénes lo van a leer? 
- Confirmar la veracidad antes de reenviar un texto, que bien puede ser falso o tener mala intención.
- No compartir mensajes cuyo contenido pueda herir o avergonzar a otro.
- No revelar la contraseña personal. A veces, aún los niños considerados amigos pueden dársela a otros amigos y utilizarla de formas indeseables.
- En caso de recibir mensajes que puedan causar tristeza, temor o sean desagradables es muy importante hacer saber a una persona mayor que inspire confianza. Cuánto mejor hablar con los padres que aman y se preocupan por sus hijos.
- Compartir con los padres lo que se mira, lo que se hace y con quiénes se departe en Internet, además de escuchar sus consejos es una de las mejores fuentes de protección y de evitar el ciberacoso. La otra fuente de protección es no callar el acoso. Informarlo. Denunciarlo.