“Los jóvenes de Resistencia Juvenil Cochala tienen dos caminos: se legalizan y forman agrupación política, o desaparecen por ser irregulares”, afirma el analista Carlos Cordero.

En tanto, el politólogo Fernando Salazar cree que su vigencia está en pie como grupo de choque contra el Movimiento Al Socialismo (MAS). Consideró también que “para ser un proyecto político generacional, primero deben madurar políticamente”.

La presencia en las calles y la cercanía, incluso con candidatos presidenciables para las elecciones del 3  mayo, de la agrupación Resistencia Juvenil Cochala, RJC, es motivo de análisis.

Los jóvenes fueron protagonistas en los días de conflicto social tras los comicios de octubre en el que se denunció fraude electoral del gobernante Evo Morales, del Movimiento Al Socialismo.

La RJC exigió en las calles que Morales renuncie y se convoque a nuevas elecciones. Se enfrentó con los grupos afines al MAS, que defendían a su líder político que permaneció por 14 años en el Gobierno.

Tras tres meses de esos conflictos, la agrupación no desapareció; es más se multiplicó en todos los departamentos del país. Cometió algunos hechos violentos como echar a mujeres de la plaza Cala Cala, filmar videos amenazando a los grupos de opositores: ‘¡O se unen, o los unimos!’ dijeron.

CARLOS CORDERO La agrupación, dice Cordero, ha surgido en octubre de 2019 como una organización de la sociedad civil para resistir a la dictadura de la época. “Esas organizaciones hoy ya no tienen sentido, porque la crisis ha sido superada, pero si estos grupos de Resistencia se mantienen con características de organización militar y violenta están absolutamente al margen de la ley y de la democracia”.

Agrega que esos grupos no pueden promover violencia a título de autodefensa o defensa de la democracia. “Mucho menos menos hacer análisis político diciendo que va a regresar un Gobierno dictatorial o un partido al poder porque para eso el Estado tiene a la Policía, las FFAA y mecanismos de coerción legales y la coerción legal”.

Señala que la acción del Gobierno es importante. “Debe invitarlos a que se legalizen (formando partidos) o en su defecto, desaparezcan”.

Si la Resistencia Cochala quisiera defender el estado de derecho, debe saber que el estado de derecho se defiende mediante una organización, convirtiéndose en una agrupación ciudadana, un partido político, convocando al voto, proponiendo candidatos. Pero las organizaciones irregulares  no pueden existir solo porque tienen cascos, escudos o crearon una canción”.

“Ya formaron alianzas, les toca hacer una estructura”

Para el analista Fernando Salazar, la agrupación Resistencia Juvenil Cochala es necesaria porque representa a los jóvenes.

Califica a RJC como un “grupo de defensa y contención, un grupo de choque cobra reconocimiento y vigencia por la persistente presencia de la militancia armada del MAS y sus grupos de ataque, que si bien están replegadas, están aún organizadas”.

Dice que la agrupación enfrenta un “duro ataque de desprestigio, tanto por candidatos de partidos políticos del MAS, como de opositores porque les quitó el liderazgo”.

Califica a Resistencia como un fenómeno, compuesto, no solo por jóvenes millennials, sino por mujeres y otros generaciones que han sido ignoradas por siempre.

“Tienen el desafío de constituirse en una fuerza política propia con demandas de desarrollo regional, un plan incluso generacional basado en principios de ética y valores”.

Salazar también considera que para ser un proyecto político generacional, primero deben “madurar políticamente”.

Salazar piensa que la Resistencia ya dio un paso con la alianza para la toma del Comité Cívico de Cochabamba. “Ahora queda presentarse orgánicamente con estructura y programa regional propios”.