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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Atletas compiten en Equipo de Refugiados

La taekwondista afgana Nigara Shaheen, en los Juegos de Tokio.    EFE
La taekwondista afgana Nigara Shaheen, en los Juegos de Tokio. EFE
Atletas compiten en Equipo de Refugiados
El congoleño Popole Misenga, la afgana Nigara Shaheen y la siria Muna Dahouk se subieron a un tatami olímpico en los Juegos de Tokio para combatir más allá del judo y en representación de los 82 millones de refugiados del mundo. Cuando Misenga tenía nueve años la guerra mató a su madre y le separó de sus hermanos, sobrevivió solo en el bosque siete días hasta que fue rescatado y trasladado a un campo de refugiados de las Naciones Unidas en su país, la República Democrática del Congo. Allí descubrió el judo, un deporte al que se aferró y que le llevó a competir en el mundial de Río en 2013, donde pidió asilo y se quedó. Es solo una de las 29 historias de vida de unos atletas que bajo las siglas EOR en sus espaldas compiten como Equipo Olímpico de Refugiados en Tokio. Por su parte, la afgana Shaheen solo vivió en su tierra seis meses, hasta que su familia huyó de la guerra y se refugió en Pakistán. Para esta atleta olímpica, el judo es más que un deporte, es el arma que le dio la fuerza y confianza necesarias para vencer múltiples obstáculos en la vida de refugiada y mujer. Además, la siria Dahouk llegó a Países Bajos en 2019, tras la muerte de su padre, un entrenador de judo que la inició desde pequeña en este deporte junto con su hermana. Es una de los nuevos refugiados sirios que conforman el equipo olímpico, por un conflicto que desangra su país desde 2011. En plena crisis migratoria, el COI creó este equipo de atletas refugiados para dar esperanza, y oportunidades deportivas, a las personas desplazadas del mundo.