Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 14:50

El Papa rompió el silencio sobre abusos en la Iglesia: 'No quiero que (casos) prescriban nunca'

“Es un drama el abuso a los menores, no solo en la Iglesia, sino en todas partes. En la Iglesia es más escandaloso porque donde precisamente tienes que cuidar a la gente, la destruyes", expresó Francisco.

Del lado izquierdo, el Papa Francisco. Del otro, el cura Alfonso Pedrajas, acusado de abuso sexual sistemático en Bolivia. Composición OPINIÓN
Del lado izquierdo, el Papa Francisco. Del otro, el cura Alfonso Pedrajas, acusado de abuso sexual sistemático en Bolivia. Composición OPINIÓN
El Papa rompió el silencio sobre abusos en la Iglesia: 'No quiero que (casos) prescriban nunca'

En abril, el Papa Francisco sentó postura respecto a los abusos sexuales en contra de menores. "No quiero que esto prescriba nunca”, fue la respuesta que le dio a Juan Cuatrecasas, quien fue víctima de vejámenes por parte de un profesor de Gazteluetam, del Opus Dei, en España.

“Estos casos de abusos con menores no prescriben, en la Iglesia, al menos, y si por los años prescriben, yo levanto la prescripción automáticamente. O sea, no quiero que esto prescriba nunca”, apuntó enfáticamente Francisco en el documental “Amén: Francisco responde”, una producción de Disney.

El documental, de una hora y media, se basa en una serie de preguntas realizadas por 10 hombres y mujeres entre 20 y 25 años al Obispo de Roma y que ha sido objeto de críticas y controversias debido a las preguntas punzantes que lanzaron y las respuestas abiertas y distendidas que dio el Sumo Pontífice.

PEDERASTIA EN LA IGLESIA

"Quería preguntarle sobre “el tema de la pederastia en la Iglesia”, soltó Cuatrecasas en el inicio de su intervención, mientras el Papa miró hacia el suelo y soltó un quejido sin abrir la boca.

“Muchas personas, dentro de la Iglesia, rechazan a las víctimas o se ponen del lado del perpetrador y ahí la vida ya pasa a un segundo plano. Yo soy Juan José Cuatrecasas, fui a un colegio del Opus Dei, en Bilbao, ahí en los cursos 2008 – 2009, cuando tenía entre 11 y 12 años, sufrí abusos sexuales por parte de un numerario”, confesó Cuatrecasas, con la voz entrecortada.

“Tranquilo, tranquilo, exprésate como quieras, llora si quieres… tranquillo, hijo”, lo calmó Francisco.

Cuatrecasas tomó aire, se mordió los labios, se tocó el rostro y volvió a hablar: “La justicia condenó a este señor, primeramente, en la audiencia provincial fueron once años, pero por ciertas razones, que no voy a entrar a valorar, porque son cuanto menos cuestionables, la condena de once años pasó a dos. El señor, a raíz de esta rebaja, no entró a prisión y tampoco se le privó de seguir dando clases”.

Luego de recordarle a Francisco que su padre le envió una carta en 2014 “para pedirle apoyo”, la que respondió, contó que en 2015 la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió “archivar las investigaciones y que había que reponer el buen nombre del profesor”.

“Mi pregunta es evidente, ¿por qué tomaron esa decisión?, y si al día de hoy, ya que hay una sentencia firme y se han reconocido los hechos, si ustedes o la Iglesia, como institución, ¿van a cambiar la postura o van a rectificar aquellas palabras trasladadas por la Congregación en algún momento?”, inquirió Cuatrecasas.

“Es un drama el abuso a los menores”, respondió Francisco. “No solo en la Iglesia, sino en todas partes, en la Iglesia es más escandaloso porque donde precisamente tienes que cuidar a la gente la destruyes. O sea, hay hombres y mujeres que destruyen. El abusador, la abusadora destruye a un chico y si es una persona de Iglesia, es una hipocresía y una doble vida horrorosa”, criticó.

A Cuatrecasas le agradeció la “valentía de haberlo denunciado, porque hace falta tener pantalones para denunciar esto” porque, dijo, “no es fácil, porque los condicionamientos sociales son muy grandes y, a veces, el que denuncia después termina siendo acusado de calumnias, a veces sucede”.

“Me duele, por lo que me dices, una sentencia así, fofa ¿no?, que al final y al cabo parece que tiene consistencia, pero al final no la tiene, por eso si hay una sentencia firme, yo quisiera saber cuál es para hacer revisar el caso, cuenta con eso”, le aseguró.

Cuatrecasas contó a Uniminuto Radio que fue “duro” confesar lo que le pasó y que “cuando estuvo allí sacó su lado más vulnerable”.

Aclaró que, desde junio de 2022, cuando se grabó el documental, el Papa ha estado en contacto con él. “Hasta ahora sí ha cumplido (el Papa), ha iniciado una investigación con tribunal de jueces canónicos, y la última noticia que tengo es que en breve se resolverá. Mi único interés es que se me haga justicia para que otros casos sean resueltos”.

Como Cuatrecasas, muchas víctimas han levantado la voz en Bolivia luego de que el pasado 30 de abril el diario español El País revelara las confesiones de abuso del sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas durante su misión pastoral en Ecuador, Perú y, especialmente, en Bolivia.

“Hice daño a mucha gente (¿85?), demasiada”, admite Pedrajas en un escrito de 383 páginas llamado “Historia”, entregado por su sobrino Fernando al rotativo.

Pero Pedrajas no fue el único sacerdote que habría abusado de menores de edad en nuestro país. Al sacerdote jesuita, fallecido en 2009, se sumaron denuncias en contra de Luis R. (+), Alejandro M. (+), Antonio G., Francesc P. y Carlos V.

Todos estuvieron vinculados al colegio Juan XXIII, donde ocurrió la mayoría de las vejaciones de Pedrajas.

El procurador general del Estado, Wilfredo Chávez, informó que hasta el pasado 18 de mayo son “23 los nombres de sacerdotes implicados en pederastia en el país, donde hay violaciones, incluso a niños pequeños de entre 6 y 12 años de edad”.

A la fecha, se tiene un encarcelado de forma preventiva por delitos de orden sexual. Se trata del sacerdote boliviano de la congregación Los Carmelitas, Milton M.O., párroco del templo de San Roque, Tarija, a quien sus superiores lo protegieron y desacreditaron a las víctimas.

Además, se conoció que el padre Garvin G., denunciado por tentativa de violación en Tarija, huyó hacia Argentina.

En medio de este escenario, el fin de semana distintos medios de comunicación informaron que el Vaticano enviará una misión para investigar los casos de pederastia.

La delegación la lideraría el oficial de Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Jordi Bertoméu, definido por algunos medios de comunicación como una especie de “agente 007” por su rol en las investigaciones para el pontífice sobre los casos de abusos sexuales en la Iglesia Católica.

El español Bertoméu, cuya visita a Bolivia se gestionó"hace tres años", ya ha estado en otros países de Latinoamérica para investigar casos de abuso a menores por parte de miembros de la iglesia católica.

Ese fue el caso de Chile, a donde viajó dos veces en 2018 para reunirse con las víctimas de estos hechos y también para indagar las denuncias contra el entonces obispo de Osorno, Juan Barros, por encubrimiento en el marco del caso Karadima.

En la misma línea de dar con los responsables de las vejaciones y lograr justicia para las víctimas, en la víspera, el presidente del Estado, Luis Arce, a través de una carta, le pidió al Papa Francisco acceso de la justicia a los archivos de casos de pederastia cometidos en Bolivia y le anunció que el Estado Plurinacional se reservará el derecho de admisión de nuevos sacerdotes, mientras se elabore un nuevo acuerdo de relacionamiento con la Santa Sede.