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  • Diario Digital | miércoles, 29 de marzo de 2023
  • Actualizado 12:18

Argentina alarga a dos velocidades cuarentena con foco puesto en Buenos Aires

Coronavirus en Argentina. EFE
Una mujer usa tapaboca como prevención ante el coronavirus en el barrio Padre Rodolfo Ricciardelli, en la Ciudad de Buenos Aires. EFE
Argentina alarga a dos velocidades cuarentena con foco puesto en Buenos Aires

Buenos Aires, la ciudad más afectada por el coronavirus en Argentina, autoriza desde este lunes a salir para pasear o correr al comenzar una nueva etapa de la cuarentena, que, tras dos meses y medio en vigor, ya transcurre con menor rigidez en gran parte del resto del país, donde el virus está más controlado.

Según los últimos datos oficiales, desde el 3 de marzo, cuando se reportó el primer caso, se han contagiado de COVID-19 en Argentina 22.794 personas, de las que 7.305 personas ya se han recuperado y 670 han fallecido.

LOS PUNTOS MÁS CRÍTICOS

Desde hace ya varias semanas, el foco se centra en la capital y en la provincia bonaerense -principalmente el populoso cinturón urbano que rodea a la ciudad-, que acumulan 11.010 y 8.700 de los contagiados totales, respectivamente, y en el Chaco (norte), tercer distrito más afectado, con 1.045 y aún, como en los dos primeros pero muy por debajo, con nuevos casos a diario.

También la ciudad de Córdoba (centro) y algunos núcleos de las provincias patagónicas de Río Negro y Chubut están en la mira por mantener transmisión comunitaria del virus.

En todos estos puntos, el aislamiento social que impuso el Gobierno de Alberto Fernández el 20 de marzo continuará hasta al menos el 28 de junio, tras la última extensión iniciada hoy, mientras que el resto del país -18 provincias- entra en una etapa de mayor apertura.

"En los últimos días visité provincias donde la economía comenzó a reactivarse cumpliendo los protocolos sanitarios. Esas provincias, entre otras, iniciarán mañana la etapa de distanciamiento social. Lo lograron gracias a que se cuidaron entre todos y todas. Sigamos su ejemplo", escribió anoche el presidente en Twitter.

En esas zonas se podrá circular, trabajar y realizar sus actividades habituales manteniendo medidas sanitarias, pero seguirán estando prohibidos eventos con más de 10 personas y se mantiene el cierre de fronteras nacionales -salvo para trabajadores esenciales- e internacionales -exceptuando los vuelos especiales- hasta el 1 de septiembre.

CAMBIOS EN BUENOS AIRES

El área metropolitana de Buenos Aires, que comprende la capital -gobernada por el opositor al Ejecutivo Nacional Horacio Rodríguez Larreta- y los 40 municipios que la rodean -pertenecientes a la provincia bonaerense, liderada por el oficialista Axel Kicillof-, congrega a más de 14 millones de habitantes, un tercio del país, y es su mayor polo industrial.

A partir de hoy, y tras un crecimiento en los reclamos para suavizar la cuarentena, los porteños podrán salir de noche a pasear, correr o ir en bici por los parques y plazas cercanos a sus domicilios, sin que sea obligatorio el uso de tapabocas, algo que se une a las ya permitidas salidas de fin de semana de papás con hijos.

Además, pueden reabrir sus puertas los comercios barriales de indumentaria y calzado, con medidas de distanciamiento pero sin probadores y, aunque se mantienen restringidas las celebraciones religiosas, se podrán transmitir ceremonias desde los templos, sin público y vía internet, al igual que ocurre con los espectáculos culturales.

Mientras, en el cinturón urbano, más allá de permitir las actividades esenciales, se mantiene la rigidez de la cuarentena, en especial en las villas miseria, barrios pobres donde a las dificultades económicas y sociales se unen los problemas de hacinamiento y de acceso a servicios básicos como el agua.

En el resto de la extensa provincia, hay localidades sin contagios en las que ya se vive una relativa normalidad.

LA POSTURA DE LA OPOSICIÓN

Mientras más se alarga la cuarentena, más críticas surgen desde la principal oposición por el perjuicio que supone para la ya debilitada economía, en recesión desde hace dos años, al tiempo que el oficialismo apunta a que el pico de contagios aún está por llegar y defiende su política de aislamiento para evitar el colapso del sistema sanitario.

Este fin de semana, el jefe del Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, opinó que si la pandemia se hubiera dado con Mauricio Macri como presidente (2015-2019), hubiese sido "una catástrofe", lo que llevó a Propuesta Republicana (PRO), partido del exmandatario, a lanzar un documento en su defensa.

"Habría advertido los efectos del aislamiento estricto sobre otras patologías de la salud y sobre el empleo y el trabajo de los argentinos, y habría encontrado maneras de encontrar un equilibrio más temprano", señala el texto del PRO, partido al que pertenece Rodríguez Larreta, si bien este se mantiene en una aparente sintonía con el Ejecutivo nacional en las políticas antipandemia.

El PRO también consideró que Macri "habría seguido desde el principio la recomendación internacional de salir a buscar el virus con más testeos, para rastrear y aislar posibles focos de contagio" y acusó al Gobierno de aprovechar la pandemia para "debilitar instituciones" y "eludir el control del Congreso".

Desde el inicio del brote en el país, se han realizado 198.520 test diagnósticos -4.374,9 muestras por millón de habitantes-. Entre las novedades está la implementación del sistema Detectar -ya aplicado en las villas miseria- en otros barrios de Buenos Aires, para buscar casos de COVID-19.

LA INCERTIDUMBRE ECONÓMICA

A la extensión del aislamiento en Buenos Aires, se suma la ya dilatada negociación del país con sus acreedores para reestructurar casi 70.000 millones de dólares de deuda externa, que el Gobierno confía acabe con final feliz para evitar un nuevo cese de pagos que complicaría más aún el horizonte económico.

Los analistas a los que consulta el Banco Central prevén para 2020 una caída del producto interno bruto del 9,5 %, que se suma a la ya enquistada inflación, el aumento de la pobreza y los continuos desequilibrios en el mercado de cambios, problemas previos a la pandemia, que ha empeorado los pronósticos y ha llevado al Ejecutivo a desembolsar alrededor de un 2,6 % del PIB en ayudas sociales.

Así y todo, Fernández se mantiene optimista, y el pasado viernes señaló que si se resuelve el problema de la deuda, el despegue de la economía argentina va a ser "magnífico".