Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 10:17

El Salvador traslada a los primeros 2.000 presos a la nueva mega cárcel

El presidente Nayib Bukele compartió un video en sus redes sociales donde se mostró orgulloso de la lucha contra las maras que se está llevando a cabo en el país.
 
El Salvador traslada a los primeros 2.000 presos a la nueva mega cárcel. GOBIERNO DE EL SALVADOR
El Salvador traslada a los primeros 2.000 presos a la nueva mega cárcel. GOBIERNO DE EL SALVADOR
El Salvador traslada a los primeros 2.000 presos a la nueva mega cárcel

El primer grupo de 2.000 presuntos pandilleros de El Salvador ha sido trasladado a la megacárcel inaugurada por el presidente Nayib Bukele a principios del mes de febrero.

El enorme edificio está en el centro de la autodeclarada guerra contra el crimen de la administración salvadoreña.

Decenas de miles de presuntos pandilleros han sido detenidos en el país después de que se declarase el estado de emergencia debido al aumento de los asesinatos y otros delitos violentos.

La cárcel -llamada "Centro de Confinamiento del Terrorismo"- podrá albergar a más de 40.000 personas.

Las imágenes muestran el primer grupo masivo de reclusos, tatuados y descalzos, siendo conducidos a las instalaciones.

Los detalles de cómo fue construida en un tiempo récord de siete meses se sabe muy poco y permanecen en régimen de reserva por el gobierno. Es decir, que no serán públicos por al menos dos años.

Las autoridades tampoco informaron sobre los costes de construcción ni de su futuro mantenimiento.

Los presos se quedan sentados en el suelo con las manos detrás de la cabeza rapada, apilados muy juntos, antes de ser llevados a sus celdas.

El complejo, construido en una zona rural cerca de Tecoluca, unos 74 kilómetros al sureste de la capital San Salvador, será custodiado por más de 600 efectivos de las Fuerzas Armadas y 250 de la Policía Nacional Civil, según datos del gobierno.

Un muro de más de 2 km con 11 metros de altura y coronado por alambradas electrificadas rodea las instalaciones, haciendo que apenas pueda llegar a verse parte del tejado de los pabellones y alguna de las torres de vigilancia.

Las poblaciones cercanas temen perder sus hogares si en el futuro fuera necesario su desalojo de la zona para ampliar el penal.