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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Feminicidio: víctimas cuyos sueños fueron segados

Feminicidio: víctimas cuyos sueños fueron segados

Hasta el 1 de septiembre de 2022, Bolivia registró 62 feminicidios, crímenes que por lo general se producen en el "ámbito familiar, de pareja o de una relación de intimidad", informó la Fiscalía General del Estado.

El director de la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Vida y la Integridad, Sergio Fajardo, indicó que de los 62 feminicidios 22 casos sucedieron en el departamento de La Paz, seguido de la oriental Santa Cruz con 17 y la central Cochabamba con 9.

En los otros seis departamentos los casos van de cinco a un feminicidio.

"Estos hechos de feminicidio generalmente se producen en el ámbito familiar, de pareja o de una relación de intimidad donde se genera una violencia extrema, lo que muchas veces no es denunciado por la mujer", expresó Fajardo en un comunicado.

La mayoría de las víctimas tenía entre 21 y 30 años y las causas de la muerte principalmente son por asfixia, le sigue el uso de armas blancas, los golpes, armas de fuego e incluso la intoxicación.

De acuerdo a un cuadro comparativo de feminicidios, durante 2021 se registraron 81 casos en el mismo período reportado, por lo que las autoridades destacan que hubo una "reducción" de casos.

Fajardo indicó, hasta dicha fecha, 16 casos contaban con sentencia, 33 se encontraban en la etapa preparatoria, 8 en etapa preliminar y 4 ya contaban con acusación formal.

Además sostuvo que el 87% de los casos de feminicidio tienen a los presuntos victimarios en detención preventiva o cumpliendo su sentencia condenatoria.

Bolivia tiene en vigor desde 2013 una ley que protege a las mujeres de todo tipo de violencia y castiga el feminicidio con 30 años de prisión, la pena máxima de la legislación boliviana.

A continuación, recordamos algunos de los casos de feminicidio que consternaron a la población las últimas gestiones.

JHENNY VILLA tenía una broastería y mantenía sola a sus dos hijos. Una niña, de cinco años, y un niño, de tres años, quedaron huérfanos de madre, mientras su padre condenado por feminicidio pasará los próximos 30 años en la cárcel de El Abra.

La madrugada del 17 de mayo, un domicilio de la comunidad de Ironcollo fue escenario de un feminicidio. Jhenny, la joven que iba a cumplir 21 años el próximo 5 de junio fue asesinada con 13 puñaladas que le asestó su esposo Sergio Erick Huallpa Quispe, de 29 años, quien confesó haber acabado con la vida de la madre de sus hijos. A su hija mayor le causó un daño emocional porque fue “testigo” del asesinato de su madre.

JAURA DANIELA CORRALES, de 32 años, fue asesinada con 14 puñaladas la noche del 5 de mayo en inmediaciones del circuito de la laguna Alalay. A su verdugo de iniciales A.F.S., de 17 años, lo conoció unos dos meses antes. Comenzó una relación, sin saber que era menor de edad, y notó actitudes violentas en él y, por ese motivo, lo echó de la habitación que alquilaba en Cochabamba. El adolescente no aceptó su decisión y la citó o llevó a la laguna donde la mató con varias puñaladas y luego huyó a Santa Cruz donde fue capturado la tarde del 6 de mayo cerca de la avenida Leonardo Da Vinci. 

El imputado fue enviado el 7 de mayo con detención preventiva, por 45 días, al Centro de Reintegración Social Cometa. Por ser menor de edad podría ser condenado máximo a seis años de cárcel, pero los dolientes exigen que el feminicida que dejó huérfanos a dos niños (de 12 y 5 años) sea procesado como adulto y reciba 30 años de cárcel.

MARÍA SOLIZ, madre de dos niños, estuvo desaparecida hasta el 4 de mayo. Su concubino Carlos Quispe Ch., de 29 años, fingió buscarla, pero al verse acorralado confesó que la mató y dirigió a los comunarios hasta el chaco (terreno agrícola) donde la enterró en Shinahota, Trópico de Cochabamba.

El 21 de marzo, Carlos llevó con engaños a María al monte, distante a unos cuatro kilómetros de su casa, donde le quitó la vida y la sepultó cerca de un río. El 12 de abril, el concubino y hermano de la víctima reportaron la desaparición. Carlos decía que su pareja viajó a Potosí para ver a su madre que se encontraba enferma y que había llevado 38 mil bolivianos para que reciba atención médica, pero nunca llegó a ese destino.

DEMETRIA T.S. era profesora jubilada. Su esposo Jesús Freddy M.Z. le quitó la vida a sus 69 años la noche del 25 de abril en una casa de la zona sur de Cochabamba. 

La madrugada del 26 de abril, la Policía realizó el levantamiento legal del cuerpo de la víctima. Su esposo, de 71 años, intentó acabar con su vida y se causó cortes en el cuello y muñecas. Luego, buscó a uno de sus cuatro hijos, todos adultos, para decirle que su mamá no estaba en el inmueble, pero cuando bajó encontró a su madre ya sin signos vitales. La autopsia reveló que la mujer fue asfixiada con un lazo.

Jesús, también profesor jubilado, recibió el 27 de abril detención preventiva por un mes en El Abra, mientras seguían las investigaciones.

JHOVANA CHÁVEZ era una mujer luchadora y trabajadora. Ella vendía golosinas frente al colegio donde estudiaban sus hijos y estaba pendiente de ellos en todo momento.

La mujer fue victimada por su concubino Ángel Beltrán Sandoval. La noche del 23 de abril, Jhovana recibió tres golpes contundentes en la cabeza con un palo de picota, mientras ella escuchaba música recostada en la habitación matrimonial de su domicilio ubicado en Alto Arrumani, en la zona de K’ara K’ara. Según las investigaciones, su verdugo la sorprendió y no le dio tiempo siquiera de pedir ayuda.

Ángel mató a la madre de sus hijos y luego quiso quitarse la vida realizándose cortes en el brazo, pero al no lograr su cometido se dirigió en taxi a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) donde confesó el delito. Se sometió a juicio abreviado y recibió el 25 de abril condena de 30 años de cárcel en El Abra.