Feminicidas: la culpa y las alarmas para oír

Durante el enamoramiento, ambas personas intentan mostrar lo mejor de sí mismas. Sin embargo, también es esta faceta surgen los primeros indicios de "toxicidad", cuando alguna de las partes que componen el vínculo arriba con equipajes emocionales negativos.
La cantidad de feminicidios en Bolivia es abrumadora. De ahí la importancia que le otorga la experta en psicología legal y forense, y perfiladora criminal Lorena Cox al hecho de prestar completa atención a las primeras posibles conductas que sean compatibles con la agresividad, y no necesariamente física, sino entrelíneas.
Sí. Encender las alarmas se vuelve elemental. Poner el foco en mensajes violentos que puedan aludir a la sexualidad (por ejemplo, "eres una..."), al aspecto o a la vestimenta representa una necesidad.
"Debiese ser una alerta en cuanto al relacionamiento que llevamos adelante, porque nos da un indicio del comportamiento que puede llegar a asumir (la pareja) y los límites a los que se puede llegar cuando no son atendidos estos comportamientos, que son básicamente tóxicos, como son conocidos", explica la especialista.
Este tipo de llamadas de atención se corresponde con las características que hacen a un potencial feminicida de tipo íntimo, que "deviene de la violencia intrafamiliar". "Inicialmente, estas personas, que generalmente son varones, se conforman como agresoras dentro de la violencia doméstica, y posteriormente, con esta consecución de actos altamente violentos que se van desarrollando con el tiempo ya se convierten en feminicidas de tipo íntimo".
Estos sujetos ejercen alguna forma de violencia, en esencia, contra su pareja sentimental, describe Cox, en el entendido de que "cuando se habla de un relacionamiento, independientemente de que sea durante el enamoramiento o la convivencia, tiene un manejo de control cognitivo conductual en relación con la víctima, mediante el que controla su comportamiento, su vestimenta y la somete a un ejercicio de poder". Aquello corresponde con la violencia machista.
ES POSIBLE EVITARLO Para Cox, es necesario comprender que es factible trabajar previamente para evitar el desenlace criminal, que se grafica en un feminicidio. Ella habla de la intervención con los agresores.
Explica que la violencia intrafamiliar difícilmente pueda ser notada por alguna de las personas que componen el vínculo, en este caso, el agresor y la víctima. Ambos se encuentran envueltos dentro de una situación de codependencia no solo emocional, sino, en muchas ocasiones, económica.
En dicho momento,.es dable una intervención con los agresores. Una vez consumado el crimen, el escenario varía. "Pero ya cuando se ha llegado a una situación tan extrema como dar muerte principalmente a una mujer con una intención adicional de producirle daño, generalmente el daño que se produce es estético; tiene mucho que ver con la parte estética de la mujer, con la parte sensual y sexual de la mujer, que es hacia donde va orientado el pensamiento y la agresión".
Los pensamientos irracionales, fantasiosos, son característicos en esta figura. Cox lo explica del siguiente modo: "En este relacionamiento se va a desarrollar el círculo de la violencia y, posteriormente, con la intensificación de los comportamientos violentos, principalmente motivados por pensamientos irracionales. porque la gente se pregunta qué motiva a este tipo de personas, generalmente hombres, a que controlen, agredan, celen, insulten y, en última instancia, den muerte a su pareja, lo que se conoce como pensamientos celotípicos, que son los celos irracionales, porque no tienen un fundamento real".
Los comportamientos violentos son prácticamente exclusivos del ambiente doméstico e íntimo. Difícilmente se expongan en contextos tales como el laboral o académico.
Advertir las señales y actuar en consecuencia mediante la ayuda terapéutica o psiquiátrica se vuelve esencial. "Como tienen estos pensamientos motivados por celos, cuando ya esta situación de sintomatología clínica no es atendida, no es coadyuvada con un profesional para que esta persona logre comprende cuál es el origen de la violencia que desarrolla principalmente en relación con la pareja, puede desembocar en un feminicidio de tipo íntimo".
Cuando se produce la muerte, el varón, presa de un trastorno paranoico de tipo celotípico según Cox, quiere "evitar" que la mujer le sea "infiel" con otro hombre.
"El varón tiene la certeza de que su pareja le es infiel, entonces empieza a ejercer esta suerte de control conductual con el afán de corroborar que efectivamente sí está con otra persona. Como tiene la certeza ya, al momento de haber llegado a una situación previa a dar muerte a la pareja, se entiende como el desarrollo de un trastorno paranoico de tipo celotípico. Cuando se está hablando de un trastorno, de ideas delirantes, básicamente de las cuales tiene certezas, esa es la motivación esencial, independientemente de que la pareja tenga o no comportamientos que puedan sustentar estos pensamientos, el agresor va a entender como cualquier conducta que es correlativa con ese pensamiento de infidelidad que siente en relación con su pareja, y es precisamente por esto que la agrede, en última instancia, y da muerte a la pareja para evitar que pueda pertenecer a otro varón".
SIENTEN CULPA La experta revela que en un 30% de los casos de hombres feminicidas de tipo íntimo, se encontró que resuelven quitarse la vida porque no consiguen asimilar la situación a la cual llegaron.
Es común que la sociedad cuestione la veracidad de las disculpas, una vez que los feminicidas incurren en el crimen. Ante esto, Cox recalca que, en efecto, sienten culpa.
"Es muy habitual, es correspondiente con este tipo de perfiles la culpabilidad. Sí, se puede entender que sienten culpa y deciden quitarse la vida porque no pueden explicar el porqué han arribado a ese extremo conductual. Sin embargo, ya lo han hecho".
La reincidencia dependerá de la atención profesional, con medicación psicotrópica o psiquiátrica de por medio, para "anular los síntomas delirantes", refuerza la experta.