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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 15:06

El estigma vuelve; policía refuerza perspectiva de género

Familiares de María Fernanda P. exigen justicia. RADIO PASANKALLA
Familiares de María Fernanda P. exigen justicia. RADIO PASANKALLA
El estigma vuelve; policía refuerza perspectiva de género

Tras el deceso en condiciones dudosas de María Fernanda P., la joven madre de 23 años que perdió la vida en celdas de la Estación Policial Integral (EPI) en Chasquipampa, La Paz, se reaviva la suerte de estigma contra la imagen de los efectivos del orden. La serie de incongruencias en las declaraciones, observaciones en la autopsia y denuncias de aparentes gritos que habría emitido la fallecida cuando cumplía el arresto, son parte del panorama que rodea una tragedia que ha generado una ola de malestar en colectivos y activistas que a estas horas exigen justicia.

De hecho, el jueves pasado, un grupo considerable de ciudadanos, liderado por la familia de María Fernanda, se aglutinó en la plaza Abaroa paceña, desde donde marchó con carteles pidiendo el esclarecimiento pronto del caso. Los receptores del mensaje de repudio fueron los policías, pues los manifestantes sospechan que pudieron haber tenido presunta responsabilidad.

De acuerdo con la información oficial, María Fernanda P. fue arrestada cuando consumía bebidas alcohólicas junto a dos amigos. Luego fue trasladada a la EPI, donde finalmente la hallaron sin vida, producto de un aparente “suicidio”. La versión no convence a la familia doliente. Mientras tanto, el Ministerio de Gobierno, si bien asume que se trata de un “suicidio”, garantizó la apertura de investigaciones y advirtió que en caso de hallar culpabilidad, los efectivos involucrados serán dados de baja.

PREJUICIO Y ACCIONES

Mientras tanto, la institución verde olivo batalla contra el prejuicio fortaleciendo la perspectiva de género en su interior, a sabiendas de que el proceso aún es inicial.

En este entendido, ha activado el Taller de Fortalecimiento y Actualización en Temática de Género. El objetivo fue, precisamente, atacar desde adentro. La teniente coronel Jeanette Montecinos, jefa de la Unidad de Género de la Policía Boliviana, relata que el encuentro intentó ahondar en “la realidad que se vive en cada departamento”. 

Participaron 27 mujeres que se concentraron en la actualización de sus conocimientos, han desarrollado el tópico referente a los derechos humanos del sector y abordaron, también, lo concerniente a la violencia de género.

Montecinos resalta la importancia de aplicar los saberes no solo de forma interinstitucional, sino de cara a la ciudadanía.

“Estoy convencida de que hemos entendido. Nos hemos empoderado con estos términos y realidades que aplicaremos no solo en la población interpersonal que tenemos con nuestros camaradas, sino también en intervenciones policiales que vayamos a realizar con nuestra sociedad”.

Así, los grupos de trabajo han convenido en conclusiones y líneas de acción para promover, de manera que se erradiquen la discriminación y violencia de género.    

La encargada de la Unidad de Género del Comando Departamental de la Policía de Cochabamba, la capitana Solange Astorga, desglosa las conclusiones y menciona que aunque se han establecido políticas direccionadas hacia el impulso de los derechos de las mujeres, todavía la perspectiva de género no se encuentra institucionalizada.

Ese proceso demanda, además, un espacio propio, mientras que la planificación y especialización del personal de la Unidad son necesarias.

La planificación estratégica que tienda a la equidad de género está ausente, producto de la inexistencia de una política de perspectiva de género. “El trabajo de promoción de nuevas masculinidades (…) es parte de las atribuciones urgentes de la Unidad y requiere un planteamiento inicial de su desarrollo dentro del proceso formativo institucional en todos sus niveles”, explica Astorga.

Sobre la atención de la violencia de género al interior de la Policía, comprende que es esencial la implementación de funciones en un manual de procedimientos específicos para su adecuado manejo y procesamiento en el marco de regulaciones y la normativa interna nacional.

OTRO CASO

Existe otra víctima que falleció, también, en una celda. En octubre de 2016, causó alerta la muerte de Victoria H., una joven de 28 años que perdió la vida en Oruro.

Todo comenzó luego de que la mujer, en aparente estado de ebriedad, tuviera un altercado con vendedores de pollo. El producto costaba 13 bolivianos, pero ella pagó 10. Ello originó la presencia de la Policía. Victoria fue encarcelada. El informe policial estableció que pereció por broncoaspiración a los 20 minutos de haber ingresado a la celda.