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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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El calvario de las familias de Sergio y Wilmer Alvin; salieron a trabajar y no los volvieron a ver

Año tras año, la División de Trata y Tráfico recibe casos de personas desaparecidas que, en ocasiones, acaban en tragedia. Los indicios y las pistas los llevan a recorrer laberintos. 

Rastrillaje en el cerro que une a los municipios de Arbieto y Sacaba, Cochabamba, donde hallaron restos óseos./ NOÉ PORTUGAL
Rastrillaje en el cerro que une a los municipios de Arbieto y Sacaba, Cochabamba, donde hallaron restos óseos./ NOÉ PORTUGAL
El calvario de las familias de Sergio y Wilmer Alvin; salieron a trabajar y no los volvieron a ver

Cuando un ser amado desaparece, la vida se trunca y las prioridades cambian. Sin señales de vida o rastros de muerte, las familias inician un largo y tortuoso camino para averiguar qué le ocurrió, dónde está, si se fue sin despedirse o si se encuentra bien. Una realidad que enfrentan muchas familias en Bolivia.

Los familiares de Sergio Macías Andrade (de 34 años) y de Wilmer Alvin Mamani Gabriel (30) viven una “pesadilla” desde hace meses. El primero desapareció el 31 de agosto de 2022 y el segundo el 31 de enero de este 2023. El paradero de Sergio y de Wilmer, conductores de distintas líneas de transporte público que salieron a trabajar y no volvieron más, sigue siendo un misterio.

256 DÍAS SIN SERGIO

La tranquilidad de la familia Macías Andrade se vio quebrantada desde el trágico momento en el que Sergio salió de su hogar, conduciendo su minibús que hacía el recorrido de Sacaba a Cochabamba, y viceversa, y no volvió más. Los seres queridos del hombre, padre de dos niños, se encuentran sumidos en incertidumbre durante 256 días, desde el 31 de agosto de 2022. Desde las 17:30 no supieron más de él. 

La vida de sus seres queridos no es la misma. La forma en la que Sergio desapareció los tiene desconcertados, pues no se explican qué pasó con él. Ni siquiera los investigadores han podido darles respuestas. Es como si se lo hubiera “tragado la tierra”.

Aquel día, Sergio salió en su vehículo, con placa 1718 HLL, a trabajar. Vestía un bleizer negro y rojo, polera verde, pantalón negro y zapatos cafés. La única pista que tienen es que el trufi del desaparecido cargó combustible el 1 de septiembre, al promediar las 16:00, en Sipe Sipe. Según las grabaciones de las cámaras de vigilancia que pudieron observar, el hombre que estaba conduciendo el trufi no era Sergio y la movilidad ya estaba desmantelada. No tenía asientos.

Su familia denunció hace unos días “abandono”. La Policía los convocó a una reunión el martes 9 de mayo para coordinar acciones y operativos que permitan esclarecer la misteriosa desaparición. El jefe de la División de Trata y Tráfico de Personas, Javier Santivañez, manifestó que el caso de Macías Andrade “reviste interés” para la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), por lo que se están haciendo las diligencias y coordinando acciones con personal de Cibercrimen, del Departamento de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI) y de la Dirección de Prevención de Robo de Vehículos (Diprove) para dar con el desaparecido y su movilidad, además de capturar a los autores.

Acotó que se están realizando las pericias informáticas. “(Pretendemos) obtener las radiobases de los teléfonos y la triangulación de llamadas y georreferenciación para dar con la persona”.

Dijo que Sergio estaba conduciendo su minibús en el camino a Punata, poco antes de su desaparición. Ese recorrido que no era parte de su ruta habitual. 

Su caso salió a la luz pública el jueves 4 de mayo, cuando sus familiares se encontraron con los de Wilmer Alvin Mamani durante el quinto “esfuerzo de búsqueda”, organizado por la Policía, en la serranía que une a los municipios de Arbieto y Sacaba. Ellos estaban buscando a su ser querido por su cuenta en el mismo lugar debido a que no tienen rastros de él desde hace ocho meses y 12 días. 

Con can y drones, Policía y voluntarios buscan a Wilmer Alvin, el pasado 4 de mayo./ GEOS BOLIVIA
Con can y drones, Policía y voluntarios buscan a Wilmer Alvin, el pasado 4 de mayo./ GEOS BOLIVIA

103 DÍA SIN WILMER

Desde el pasado 31 de enero, la vida no volvió a ser la misma para la familia Mamani Gabriel. Ese día fue la última vez que vieron con vida a Wilmer Alvin, de 30 años, quien salió a trabajar en su trufi y no volvió más. Ya son tres meses y 12 días de angustia.

Dejó su hogar, ubicado en Villa Pagador, con destino a la parada de la línea 010, donde trabajaba, y no regresó más. Se supo que compró su boleta de trabajo y salió de la parada. Hizo el recorrido de sur a norte. Luego, volvió a salir del norte y pasó por la zona de La Cancha. Sus familiares intentaron contactarse con Wilmer Alvin, pero sin éxito. Preguntaron a sus compañeros de trabajo por él, pero nadie sabía nada.

Un nuevo capítulo comenzó cuando su minibús fue encontrado el 5 de abril en Chimoré, municipio de la región del Trópico de Cochabamba. El motorizado había sido vendido como indocumentado. La Policía siguió las pistas y “cazó” uno por uno a los presuntos autores de la desaparición del joven conductor.

Por el caso, hay cinco personas con detención preventiva en distintas cárceles de Cochabamba. Cuatro hombres y una mujer. Al menos tres de ellos, con antecedentes policiales, trabajaban como conductores de transporte de servicio público.  

Según el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Cochabamba, Freddy Medinacelli, los autores ya tenían en la mira la movilidad de Wilmer Alvin, por lo que “diseñaron” un plan. Comenzaron a escribirle por WhatsApp haciéndose pasar por una mujer que estaba interesada en conocerlo.

La “cita a ciegas” se concretó el 31 de enero, un día antes del cumpleaños de Wilmer Alvin. Según las investigaciones, los autores contrataron a una “pildorita” (mujer que seduce a un hombre y lo duerme usando algún somnífero) para robarle. Los delincuentes se apropiaron de la movilidad y luego la vendieron como indocumentada, pero su plan sufrió cambios y los investigadores llegaron hasta ellos. 

Los principales sindicados estaban listos. Se presume que se reunieron antes para acordar la versión que darían a la Policía en caso de ser capturados. Tienen un “pacto de silencio”.

Sus testimonios tienen similitudes. Dejaron a Wilmer Alvin en el cerro que une a los municipios de Arbieto y Sacaba. No hablaron de haberlo asesinado ni ofrecen más detalles sobre el paradero de la víctima.

Wilmer Alvin conocía a los hombres que actualmente están siendo investigados porque, según la Policía, eran conductores de la misma línea, pero no eran sus amigos. 

Su familia vive en angustia. Sus papás sueñan con él y, en varias oportunidades, han liderado los grupos de búsqueda. 

Ana Cristina, hermana de Wilmer, cuenta que han recorrido una veintena de veces el camino que une a los municipios de Arbieto y Sacaba, donde el joven habría sido abandonado por las personas que le robaron su minibús. “Hemos llegado a ese lugar unas dos a tres veces por semana e incluso domingos. Mis papás sueñan con Wilmer, él les dice 'han pasado por mi lado, sigan buscándome' y volvemos a salir de casa. Desde que mi hermano ha desaparecido vivimos un infierno. Buscarlo en estos lugares es una pesadilla, nos hemos topado con todo tipo de cosas como animales muertos e incluso huesos”.

El trufi de Sergio Macías carga combustible en Sipe Sipe, el 1 de septiembre de 2022./ UNITEL
El trufi de Sergio Macías carga combustible en Sipe Sipe, el 1 de septiembre de 2022./ UNITEL

FAMILIAS QUE SUFREN

Los padres de Wilmer Alvin, de 61 y 58 años, no se resignan. Han tenido problemas de salud, pero no han dejado de buscar a su hijo. El quinto “esfuerzo de búsqueda”, donde con canes y drones, la Policía, Bomberos, Ejército, Armada Boliviana, voluntarios, familiares y amigos, “peinaron” la zona dio resultados. El primo del conductor desaparecido descendió un barranco y encontró restos óseos; fémur, tibia, parrilla torácica y un cráneo incompleto.

Para la familia Mamani Gabriel “nada está dicho”. De momento aguardan las pericias genéticas para confirmar o descartar que los restos hallados el 4 de mayo sean de su ser querido. Al igual que ellos, los familiares de Sergio Macías están atentos a ese resultado.

Sus casos aún no han sido resueltos. El trágico final de Emilio Fernández se conoció la primera semana de enero de este año. El hombre, padre de dos niños, desapareció el 28 de diciembre de 2022. Él también era conductor de un minibús y trabajaba en una línea que hacía el recorrido de Sacaba a Cochabamba, y viceversa, al igual que Sergio Macías. Perdió la vida por un disparo en la cabeza y su cuerpo fue hallado, por partes, en los municipios de Vacas y Tiraque. Se presume que acabaron con su vida para robarle su movilidad.