Con garra, entrega y esfuerzo, Wilstermann logró romper su mala racha en la Copa Sudamericana y se despidió del certamen con una victoria sobre un despintado Ceará brasileño (1-0), que dejó escapar la posibilidad de clasificar a los octavos de final.

El compromiso se disputó en el estadio Félix Capriles y con las gradas vacías por la pandemia.

El victoria “calma las aguas” en la entidad aviadora que fue blanco de críticas de su parcialidad y de su dirigencia que anunció “ordenar la casa” para encarar el segundo semestre del campeonato local. 

El primer tiempo, Wilster dominó el cotejo a pesar de que el Ceará era el necesitado de buscar la victoria y lograr el boleto a la siguiente instancia.

El Hércules inquietó al portero visitante con acciones de Serginho, Pato Rodríguez y Humberto Osorio, quienes pudieron irse al descanso con una diferencia en el marcador, pero no pudieron anotar.

Ni siquiera la noticia de que el Arsenal argentino ganaba a Bolívar, por la misma serie, hizo que los brasileños propongan un juego más agresivo y solo esperaron en su zona cuidando el empate.

Los dirigidos por el entrenador argentino Diego Cagna, mostraron mayor convicción en el ataque, pero estuvieron con la pólvora mojada.

En el complemento el libreto no cambió, el Rojo fue propositivo y el visitante cuidaba su pórtico. 

Los brasileños también tenían la presión desde Sarandí, y eso generó que el entrenador Guto Ferreira permita el ingreso de Saulo Mineiro y Mauricio Sobral para reestructurar la ofensiva.

El batacazo llegó en el minuto 74 cuando Rodríguez, de un gran desempeño, finalizó con precisión una jugada individual gracias a un tiro potente de derecha.

Los minutos finales, el Aviador cuidó la pelota y controló los tiempos para evitar que Ceará intente reaccionar y poner en riesgo el triunfo.