Sevilla y Roma chocarán hoy (15:00) en el Puskas Arena de Budapest, Hungría, por la final de la UEFA Europa League.

El compromiso se avizora como atractivo porque tendrá al máximo ganador de la historia del certamen por el lado español y a un ascendente e impresionante contrincante en el bando italiano.

El conjunto de José Luis Mendilibar intentará “hacer pesar” las seis coronas que el club ostenta en la competición.

Del lado de los “soldados” de José Mourinho, la consigna es clara: dar el batacazo ante los ojos del mundo entero.

Y es que más allá de la mística sevillana, no es menos ponderable lo que ha logrado la Roma.

Pese a que es un torneo incipiente, la Conference League es un certamen continental y el club de la capital italiana supo levantar ese trofeo al vencer por 0-1 a Feyenoord en la definición del año pasado y esta es su segunda final.

Mourinho, campeón de la Liga Europa, cuando se  llamaba Copa UEFA, en 2003 y de la Champions (2004) con el Porto, irá por más historia con un club denominado “chico” en estas definiciones.

Hay que recordar que también ganó la Orejona con el Inter el 2010, tras superar 0-2 a Bayern Múnich (“favorito” a priori) en la definición jugada en el Santiago Bernabéu.

En 2017, levantó la Europa League con el Manchester United (su último lauro continental desde entonces), cuando superaron por 0-2 al Ajax.

Por su parte, Sevilla buscará prolongar su “registro perfecto”, puesto que salió airoso en las finales anteriores que jugó en 2006, 2007, 2014, 2015, 2016 y 2020.

Sin embargo, los de Mendilibar no contarán con el argentino Marcos Acuña (campeón mundial en Catar 2022) por su expulsión vía doble amarilla en la semifinal de vuelta contra Juventus.

Roma está expectante por otra figura albiceleste en la Copa del Mundo: Paulo Dybala.

Mou “se cansó” y estaba ayer por abandonar la sala de prensa. Ante la insistencia de una periodista por saber sobre el cordobés, el luso dijo: “Para 20 o 30 minutos está”.

Si bien Sevilla parte como favorito para la mayoría, esta promete ser una vibrante final, que será dirigida por el árbitro inglés Anthony Taylor.