Parece un “deja vú”, cuento repetido, película cuyo desenlace uno ya conoce, pero la jerarquía del Real Madrid le dio ayer un toque de frescura a su victoria por 0-2 contra Chelsea en el estadio Stamford Bridge de Londres para avanzar a su undécima semifinal de la UEFA Champions League en más de una década (2011-2023).

La escuadra dirigida por Carlo Ancelotti demostró una vez más que no necesita de muchas ocasiones de gol para lastimar y que en las máximas citas del torneo de clubes más importante del Viejo Continente se agranda.

Del recuento anterior, hay que recordar que levantó la Orejona en 2014, 2016, 2017, 2018 y 2022. El vigente monarca de España, Europa y el mundo se resiste a abdicar su trono.

Como ocurriera en el camino a la consagración de mayo del año pasado, el club español aguantó cuando tuvo que hacerlo, se refugió en las espectaculares tapadas de un gigante Thibaut Courtois y su peso específico le permitió golpear en los momentos justos para sellar su clasificación en la tierra de los inventores del fútbol moderno y de la, para muchos, mejor liga del mundo: la Premier.

Chelsea apretó con fuerza en gran parte de la contienda, pero no estuvo fino para anotar, síntoma que viene arrastrando en una de sus peores temporadas. El francés N’golo Kanté desvió su remate a los 10 minutos cuando estaba solo y Cucurrella se topó con el muro belga, que impidió que el Blue abriera el marcador al filo del descanso, lo que habría podido ser un “impacto psicológico”.

Dos asistencias de Vinicius a Rodrygo, en los minutos 58 y 80, bastaron para que Real se llevara el duelo (0-2).

En semis, el Madrid espera al ganador de Bayern Múnich-Manchester City.