Rodolfo García, histórico baterista del rock argentino, sufrió ayer miércoles un ACV que le provocó muerte cerebral. El músico, que fue el legendario interprete del ritmo de Almendra con Spinetta, Aquelarre, Tantor, entre otras bandas, se desmayó en su casa y, pese a que trataron de operarlo, presenta un cuadro irreversible. 

El recuerdo de García, indudablemente evitará este fatal y definitivo episodio, ya que su dedicación y arte son una huella imborrable para el rock argentino y latinoamericano. Fue uno de lo precursores para mantener aceitada la memoria de hechos trascendentales de la música argentina, una constante en él, sobre todo desde que participó en la investigación para la primera enciclopedia completa y sistemática sobre el rock argentino en 1996, que dirigió Pipo Lernoud: Rock nacional 30 años, de la A a la Z.

En 1967, García dio el primer gran paso de su vida y, maravillado por bandas como Los Gatos y The Beatles, fundó uno de los cuartetos fundamentales para el rock argentino: Almendra. 

Sentado tras esa batería austera, versátil, forjó en toques sutiles, pulsión a sangre, temas que hicieron historia; “Mestizo”, “Figuración”, “Color humano”, siempre atento a la vanguardia, el jazz y la lisérgica época, eran los 60s.

Tras el desbande de Almendra en 1970, el alma percusionista del cuarteto inició un camino que profundizó la amplitud estética, que ya había concentrado en el cuarteto de Belgrano. El primer paso post lo dio con la Nebbia´s Band, grupo en el que permaneció durante 1971, luego vino Aquelarre, la banda mas importante de su carrera. 

Entre los últimos hitos de García, fue haber grabado el último disco solista de Luis Alberto Spinetta: Los Amigo.