Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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EDITADO POR EL SELLO BIBLOS

Libro publicado en Argentina recoge vida y obra de Ponciano Cárdenas

A lo largo de más de 150 páginas, no solo se biografía la vida del artista cochabambino, sino se revelan los secretos detrás de sus grandes producciones.
La portada de “América no es color, es dolor”, editada por Biblos.          OPINIÓN
La portada de “América no es color, es dolor”, editada por Biblos. OPINIÓN
Libro publicado en Argentina recoge vida y obra de Ponciano Cárdenas

La editorial argentina Biblos valora y reconoce al artista plástico cochabambino Ponciano Cárdenas (1927-2019) con su libro arte “América no es color, es dolor. Vida, arte y palabra de Ponciano Cárdenas”, escrita por el columnista, escritor y profesor Jorge Carlos Trainini, presentada en la 45ava Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y que ahora está disponible para su compra en la ciudad. 

“Uno de los más grandes maestros de las artes plásticas de Sudamérica”, se puede leer en la introducción escrita por el artista plástico Andrés Bestard, evidenciando el enorme aprecio con el que Argentina cobijó a Cárdenas, quien encontró en el país vecino un nuevo hogar, llegando a obtener su nacionalidad. El autor relata la vida del cochabambino en clave de crónica, habiendo recurrido varias veces a su taller para armar su historia de la manera más detallada posible y revela los secretos, curiosidades y procesos detrás de algunas de sus obras; todo ello acompañado de más de 60 fotografías de sus pinturas, esculturas y del entorno de Cárdenas.

Cárdenas nació en Cochabamba, es el último de los ocho hijos de sus padres. Se cuenta en el texto que después de estudiar en la Escuela de Bellas Artes de la ciudad (hoy Instituto Superior de Artes Plásticas Raúl G. Prada), programó un viaje de estudios a Madrid, España. Semanas antes de partir, su profesor Alejandro Guardia lo llevó al encuentro del escultor Luis Perlotti en Argentina, donde fue recibido por el rector de aquel entonces de la Escuela de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, Alfredo Guido, quien en una afectuosa bienvenida lo invitó a quedarse.

Permaneció cuatro años en Buenos Aires para volver a Bolivia en 1954, haciéndose profesor en la Escuela de Bellas Artes y siendo designado para redecorar el teatro José María Achá y realizar algunos monumentos en honor a la reforma agraria. Regresaría a la ciudad porteña al año siguiente para contraer matrimonio con Mariana Martinelli y equilibraría su estancia entre Argentina y Bolivia, hasta que en 1956 se quedaría de forma definitiva en Buenos Aires, al ser nombrado como profesor adjunto de taller de pintura mural en Ernesto de la Cárcova, donde terminaría siendo vicerrector. 

Cárdenas estaría enmarcado dentro de los llamados pintores sociales de la Generación del 52 (era tres años mayor que Gil Imaná y Lorgio Vaca, 10 menor que Miguel Alandia), no solo por cuestión de generación, sino por la razón de su obra, profundamente reivindicativa de América y su independencia cultural y de pensamiento.  “Es un orfebre con una misión que le llevó toda su existencia. Su legado es una constante proclama para que el pueblo latinoamericano no yazca olvidado por las dominaciones y los intentos permanentes que han querido arrebatarle su verdadera naturaleza”, escribe sobre su obra Trainini. 

Toro Fue la figura repetitiva de Cárdenas que utilizaba no solo para simbolizar al extranjero sino como el gesto de admiración de su “fuerza interior” e “imponente fuerza animal”.