La riqueza rupestre hallada en un sector de Chaupisuyo B, comunidad ubicada entre Vinto y Morochata, inspiró a los pobladores a trabajar en un proyecto para convertirla en un sitio turístico. 

Se trata de petroglifos o grabados artísticos en piedra, que presentan diseños de rostros humanos, cúpulas, espirales, serpientes, diferentes líneas curvilíneas, en forma de P y circulares, entre otras.

Uno de los miembros de la Asociación de Estudios de Arte Rupestre Cochabamba, José Luis Gerónimo Rodríguez, identificó en 2015, más de 50 figuras divididas en ocho grupos.

Para el experto, estos grabados “podrían estar vinculados con deidades o estar íntimamente relacionados con la naturaleza y el hombre mismo”. Los símbolos incluso estarían estrechamente relacionados con la “fertilidad y período de lluvias”, añadió.

Rodríguez también baraja la posibilidad de que estos petroglifos sean parte de un “camino prehispánico” destinado a conectar la zona Andina de Cochabamba con Cocapata y Cotacajes.

Situado a 3.524 metros sobre el nivel del mar, Chaupisuyo B se encuentra a 70 kilómetros del municipio de Quillacollo, y acoge a 86 familias que se dedican a la producción agrícola, principalmente de papa.