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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Tairon, el abogado que apaga incendios y que sueña con dejar un ejemplo

Entre sus labores jurídicas y de voluntariado, tiene que recortar las horas de diversión y esparcimiento. Lleva más de una década en la institución sanitaria.
Tairon Pereira, durante las labores de auxilio con la Cruz Roja. CORTESÍA
Tairon Pereira, durante las labores de auxilio con la Cruz Roja. CORTESÍA
Tairon, el abogado que apaga incendios y que sueña con dejar un ejemplo

Tairon Costa Pereira es abogado y voluntario. Su rutina diaria está repartida en esas dos labores, de tal manera que tiene que sacar tiempo de los ratos libres y reducir bastante las horas de diversión y esparcimiento. Lleva 11 años como integrante de la Cruz Roja y debe compaginar su tiempo para, al mismo tiempo, ejercer su profesión.

"Entré en agosto de 2010 a la Cruz Roja y llevo 11 años de labor como voluntario. He tenido que quitarle horas al sueño y la diversión. En el tiempo libre de las actividades de oficina, yendo a juzgados y haciendo diligencias, agarro esas pocas horas para ayudar como voluntario y estoy firme los fines de semana, que es cuando tengo más disponibilidad de tiempo. La única forma de compaginar las actividades laborales y el voluntariado ha sido cortar las fiestas", describe.

Actualmente, trabaja en el departamento de Asesoría Jurídica de la Empresa Municipal De Areas Verdes Y Recreacion Alternativa (Emavra) y estuvo presente en el incendio de magnitud que se registró el anterior fin de semana en el Parque Tunari.

Es por ello que Tairon profundiza la investigación en temas relacionados al medioambiente y las áreas verdes. "Desde Emavra hemos enviado un par de cisternas para sofocar incendios. Definitivamente, la situación es muy dramática y crítica. Entonces, te lanza ese espíritu de hacer algo".

Narra cómo es la labor de voluntariado que él y otras personas realizan. "Ir a apagar un incendio no es para cualquiera. Debes tener las herramientas y el equipamiento necesarios, ya sea para sofocar el fuego o cuidar la vida de otras personas. Tú mismo tienes que sacar un pesito o dos de la comida, privarte de los gustitos para comprarte un oxipulsómetro, un pantalón, mochila, tijeras de trauma y no dura porque, a veces, se te extravía o tras el primer uso, pues ya no sirve".

Otro aspecto importante es la capacitación. "No es algo que aprendas por internet. Muchas veces te rebasa la situación y pides ayuda. Felizmente, la ciudadanía colabora. Es algo abrumador estar en medio del fuego con un escudo de madera. Muchas veces la exigencia de este trabajo es incluso dar tu vida. Ese es el verdadero espíritu del voluntario porque lo das absolutamente todo sin esperar nada a cambio. Eso es lo que yo siento cada vez que voy a apagar los incendios, pero también me hago la gran pregunta: si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer? Esa es la motivación y el impulso para afrontar situaciones complicadas en incendios u otros siniestros".

Respecto al campo laboral, Tairon trabajó hasta antes de la pandemia como un abogado independiente que asistió a personas de escasos recursos en temas jurídicos. En Emavra, encontró un lugar donde puede ejercer su profesión, interiorizarse aún más en el cuidado medioambiental y también continuar el despliegue desinteresado del voluntariado.