Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Paulino, el vendedor no vidente de la lotería que estudia derecho y está a poco de titularse

El hombre, de 50 años, ofrece los boletos en los mercados de Cochabamba, mientras persigue sus sueños derribando barreras.
Paulino Huanca, el no vidente que lucha por sus sueños. FOTO: NOÉ PORTUGAL
Paulino Huanca, el no vidente que lucha por sus sueños. FOTO: NOÉ PORTUGAL
Paulino, el vendedor no vidente de la lotería que estudia derecho y está a poco de titularse

Nada detiene a Paulino Huanca L. El hombre no vidente, de 50 años, recorre la ciudad de Cochabamba vendiendo boletos de la lotería y está a poco de titularse como abogado.

Paulino compartió con OPINIÓN su gran historia de perseverancia y superación. Huanca, padre de dos hijos, vende boletos de la lotería en La Cancha hace unos dos años, mientras estudia Derecho en la Universidad Católica Boliviana (UCB) “San Pablo” de Cochabamba. 

“Soy vendedor de la lotería y eso me ha ayudado en esta pandemia. Ambulo por el mercado La Pampa, La Paz, el sector de las artesanías y todo lado. Aprovechó todos los espacios como cuando estoy en el micro”, señaló.

Lamentó que algunas personas lo ataquen y le digan “ciego mañudo” sin conocerlo. Paulino, nacido en Oruro, llegó a Cochabamba a sus 16 años buscando oportunidades. Es estilista y trabajó en el salón de belleza del reconocido Roberto Giordano, en el Cine Center.  

Lamentablemente perdió la vista hace 11 años “de la noche a la mañana”. Le diagnosticaron glaucoma, pero también le dijeron que su ceguera pudo ser producto de una embolia.

Desde entonces, tuvo que luchar aún más por salir adelante. Vendía dulces en las calles y, algunas veces, se sintió humillado. Ahora, es vendedor de la lotería y le queda un año y medio para obtener su título de abogado, y ansía ejercer esa profesión que lo apasiona.

Contó que la historia de superación de Ximena Rojas, una de sus amistades que también es no vidente, lo impulsó a seguir con sus estudios. Su amiga concluyó la carrera y trabaja como abogada. “Si mi compañera pudo, yo también podré (…). Gracias a Dios estoy cumpliendo mi sueño y mi propósito es ejercer, no estaría estudiando para no hacerlo”.

Paulino ha ido superando cada uno de los obstáculos que se presentan en su vida. Para su formación académica, él y sus docentes tuvieron que adaptarse a otros mecanismos de evaluación. Huanca grababa sus clases en una reportera y sus pruebas son verbales.

Con la pandemia y la enseñanza virtual, tuvo algunas dificultades y requirió la ayuda de terceros para conectarse a sus clases, pero está decidido a seguir aprendiendo para alcanzar sus metas.

Paulino dijo que, desde que perdió la vista, desarrolló más el oído y el tacto para movilizarse y realizar sus actividades solo. Algunas veces, cuando se lo piden, realiza cortes de cabello porque tiene “memorizado” todo lo aprendido y experiencia adquirida en los años de estilista.