Sentadas en una silla y delante una mesita pequeña, dos profesoras del Kinder Cochabamba revisan los archivadores con las tareas de los estudiantes más pequeños, quienes llegan hasta la plazuela del Granado cada miércoles acompañados de sus mamás.

“Estamos revisando todos los libros y cuadernos de avance, como una forma de controlar, ya que virtualmente no es lo mismo”, indicó una de las profesoras. 

“Nos cuesta un poquito más”, reconoció una de las mamás que estaba en la fila. Otra comentó: “Nuestros hijos terminan enseñándonos a nosotros porque se manejan mejor con la tecnología”.

Otra de las profesoras reconoció que el año pasado fue bastante complicado adecuarse al uso de plataformas digitales para pasar las clases, pero que este año van mejor. Sin embargo, decidieron hacer la revisión presencial porque las niñas y niños lo esperan. 

“Hay niños que a veces extrañan la revisión de los cuadernos y ponerles una carita feliz es importante para ellos”, contó. 

Este es uno de los casos de la transformación que sufrió la educación en Cochabamba después que llegó la crisis sanitaria causada por la Covid-19 y estudiantes, padres de familia y profesores tuvieron que darse modos para continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje.