Inmediatamente después de jurar como alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa dirigió un discurso, desde el Tribunal Departamental de Justicia, como autoridad municipal y prometió encaminar una gestión sin fricciones con el Gobierno Autónomo Departamental, comandada por Humberto Sánchez, y otras entidades locales.

"Vamos a trabajar de la mano", exclamó, ante la mirada atenta de los concejales titulares y suplentes que tendrán la misión de fiscalizar las funciones de la Alcaldía hasta 2026. "Hoy es un día de los más importantes para mí y para Cochabamba. Agradecido con Dios, con mi familia, esposa, hijos y nietos. Agradecido con mi gente, porque aquí solo se llega con la voluntad del pueblo", añadió.

Recordó, Manfred, su época de "exilio" en Estados Unidos, donde vivió por más de una década. Dijo haber tomado esa decisión por una "persecución" judicial dada en su contra. Afirmó estar "esperanzado" en que la figura será distinta de aquí en más. 

"Me obligaron a hacerlo. Tuve que dejar la tierra que amo para proteger a mi familia. Instauraron innumerables procesos en mi ausencia, pero ahora estoy esperanzado que con la nueva administración de Justicia se recuperará el estado de derecho de los que piensan diferente. Estoy en mi tierra, renovado de confianza; el dolor de haber visto a la distancia lo que hacían con nuestra ciudad jardín, que fue tratada como mercancía".

Anticipó que la Llajta volverá a ser la ciudad más próspera de Bolivia y que "es urgente aprobar una ley de contingencia sanitaria" para luchar contra la COVID-19. Recordó sus gestiones para concretar la llegada de vacunas y que "tocó la puerta" del Gobierno. "No se ha tenido respuestas, pero tengo la esperanza de que nuestro Gobierno, ahora que somos posesionados, trabajará en nuestra iniciativa y permitirá la viabilidad para adquirir directamente de las empresas todo lo que sea necesario a precios justos y razonables".