Los hijos de Jhovana Chávez Callejas estaban desesperados por tener a sus mascotas: tres perritos, 2 gallinas y 2 patos para mitigar su dolor, después de haber perdido trágicamente a su madre y luego a su padre que está preso.

La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez, y una delegada de la Defensoría del Pueblo hablaron con los dirigentes de Alto Arrumani para que les entreguen a las mascotas de los niños. Llevaron a los animalitos hasta el hogar de acogida donde están los pequeños.

Los reunieron al frente del vehículo de la Fundación Voces Libres, les pidieron que contaran hasta tres y luego abrieron la portezuela. Tres perros saltaron del interior, directo a los brazos de sus dueños, para lamer sus rostros una y otra vez.

Los niños gritaron sorprendidos y, por primera vez desde que supieron que su mamá ya no estará con ellos, sonrieron y no dejaban de abrazar y besar a los canes. Luego recibieron a las aves con el mismo cariño.

"Yo les prometí que tendrían a sus mascotas con ellos y junto a la Defensoría pudimos cumplir. Es lo mínimo que podíamos hacer para que estos niños sientan que están en casa, que no lo han perdido todo y que hay esperanza, que hay motivos para sonreír", describió Cortez.

Se estima que, en Cochabamba, cada año, al menos 20 niños, niñas y adolescentes se quedan huérfanos por feminicidio. "No tenemos las cifras exactas porque no existe un registro y no se sabe en qué condiciones viven los hijos de las mujeres asesinadas en los últimos nueve años, si comen, si estudian, si han sanado sus heridas. Ese es un reto que hay que asumir en algún momento", dijo la abogada.