Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 27 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:12

Floricultores ven podrirse su producto ante la imposibilidad de venderlo

Los precios cayeron en más del 80%, no hay compradores. Como las flores no son artículo de primera necesidad, los productores estiman que para mayo sus pérdidas podrían triplicarse.
Floricultores ven podrirse su producto ante la imposibilidad de venderlo

La tragedia de los floricultores se cuenta sola, basta ver las parcelas. En Bella Vista, comunidad a 7 kilómetros al norte de Quillacollo, mientras los liliums y gladiolos están en los viveros exhibiendo sus colores, listos para la cosecha, a un lado hay montículos de las mismas variedades, ya cosechadas, tiradas en el suelo, pudriéndose. No hay compradores, ni siquiera porque los precios cayeron en más del 80%. “No es un artículo de primera necesidad. La gente prefiere comprar alimentos”, comentó Richard Véliz, un productor de la zona, que dijo que el suyo es uno de los sectores más afectados por la cuarentena instruida para frenar la propagación del coronavirus.

Contó que un paquete de liliums de 10 unidades costaba por encima de 30 bolivianos y ahora cuesta 5 bolivianos; las rosas costaban unos 15 bolivianos por 25 unidades, ahora el precio bajó a 2 bolivianos. Las flores también se pudren tiradas en las aceras, en las calles Uruguay y Lanza, lugar de venta en la ciudad.

En el departamento hay unos 840 floricultores y solo en Bella Vista hay entre 250 y280. Una estimación preliminar entre quienes cultivan liliums, gladiolos, rosas y crisantemos señala que, solo por la cosecha programada para marzo y abril, ese sector de Quillacollo perdió 11 millones de bolivianos, informó el dirigente provincial Viviano Flores.

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Flores podridas a un costado de los viveros.  CORTESÍA RICHARD VÉLIZ


 

Habitualmente, a partir de mayo los precios suben debido a la temporada invernal y es una oportunidad para recuperar la inversión, pero ante la perspectiva de cuarentenas regionalizadas ampliadas, para ese mes la pérdida podría triplicarse. “Vamos a seguir perdiendo, incluso nuestro capital, porque no vamos a poder reinvertir y arrastramos deudas, ya que la mayoría trabajamos con financiamiento bancario”, lamentó Flores.

Para dar una idea de la pérdida, Véliz explicó que, en el caso de quienes cultivan liliums, deben importar las semillas de Holanda. Los productores de Bella Vista requieren por mes entre ocho y 10 contenedores. Cada uno, incluido el costo de producción, cuesta unos 600 mil bolivianos.

“Somos conscientes de la pandemia, pero instamos a las autoridades a ayudarnos a levantarnos”, pidió Flores. Una de sus solicitudes es poder acceder a créditos blandos como forma de inyectar capital al sector.