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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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CONCEJO ELIMINA LA RUTA POR LA BEIJING Y DEJA EN MANOS DE LA ALCALDÍA

Corso de Corsos, el negocio por el que pelean 1.000 vendedores

Falta de autoridad del Órgano Deliberante, de gestión municipal, danza de números, intereses económicos y políticos precedieron las discusiones por el retorno al trayecto tradicional.
Corso de Corsos, el negocio por el que pelean 1.000 vendedores

Doble discurso y actuación tuvieron autoridades municipales y comerciantes en el tratamiento de la ruta del Corso de Corsos.  

Los concejales anularon la ley de la nueva ruta de la entrada carnavalera. El alcalde titular José María Leyes tiene un pensamiento distinto al de su predecesor Iván Tellería (Demócratas), quien dejó el cargo de suplente hace apenas unos días. Los comerciantes que firmaron un acta de conformidad con el último trazo, también se desdicieron. Cada sector expresó intereses económicos y políticos. 

Lionel Montoya, vocal de la Federación de Comerciantes del Corso de Corsos, señaló que 1.000 personas viven de la venta de asientos. Dijo que los afiliados solo trabajan en estas fechas; sin embargo, la conocida dirigente y dueña de otros comercios Amanda Meléndres es parte de la asociación.

Ayer, de 10 concejales, nueve aprobaron la anulación de la ley que aprobaba el traslado del Corso a la amplia avenida Beijing. Solo el ahora concejal Iván Tellería se abstuvo consecuente con la propuesta que hizo hace más de un mes y medio de llevar la fiesta de Carnaval a la zona norte y dejar el caótico centro de la ciudad. Era aún alcalde el 14 de enero de este año.

COMERCIANTES La actividad comercial del Carnaval está en manos de la Federación Corso de la Concordia y Fiestas Cívicas, una organización con personería jurídica que agrupa a al menos 1.000 comerciantes.

El 10 de enero, varios dirigentes, entre ellos Mario Rodríguez de la Asociación 10 de Febrero, presentaron una carta solicitando que se cambie la ruta a la avenida Beijing. 

El Concejo aprobó el 14 de enero el cambio solicitado por la Alcaldía, comerciantes, la Dirección de Movilidad Urbana y la Dirección de Cultura. Ayer, Rodríguez y grupos de comerciantes hacían vigilia frente al Concejo presionando para que se  borre la ley.

Montoya contó que en la agrupación tiene 12 sindicatos asociados.

Dijo que solo venden en el Corso de Corsos y que son padres de familia que quieren ganar para comprar materiales y útiles escolares para sus hijos. Sin embargo, es parte de la Federación la antigua y conocida dirigente Amanda Meléndres.

Montoya afirmó: “Hay que ser sinceros. Los concejales han aprobado la   Beijing a exigencia de Enriqueta Imaca (otra dirigente). Pero no han visto la inseguridad y la resistencia de los vecinos de esa zona a que nosotros estemos allí”. 

En tanto, Tellería mostró su molestia por la derogación de la ley en el Concejo. “Hemos trabajado casi un año en estudios de la nueva ruta. He sido el único disidente porque no  puedo borrar con el codo lo que he firmado con la mano”.  

“El Corso en el centro de la ciudad es un perjuicio para los transportistas y para el comercio informal”, dijo quien representa al sector del transporte.

Las concejalas Celima Torrico y Rocío Molina, del MAS, criticaron. “No es posible que jueguen con la suerte de Cochabamba. Primero piden una cosa y luego otra. Que la cultura no se manosee y se aprovechen unos cuantos al calor político”, dijo Torrico.

Molina señaló que el Casco Viejo de la ciudad debe ser protegido. “Por pulsetas están perjudicando a la ciudad y la institucionalidad porque un día decimos una cosa y otro, otra. Perdemos credibilidad y así no se puede hacer gestión.Hay caprichos”.

Torrico asintió al ser consultada si el Concejo podría haberse negado a derogar la ley. “Podíamos, pero no lo hicimos”. 

Decisión Tras abrogar la ley de la ruta por la avenida Beijing, el Concejo dejó en manos del alcalde José María Leyes la nueva fecha y el trayecto del Corso de Corsos.