Un gran mast’aku, una misa y kacharpaya alistan los cocaleros para sus muertos, los 12 en total que cayeron en los enfrentamientos de Huayllani, Sacaba, en noviembre de 2019.

La tradición dice que las almas de los difuntos llegan al mediodía del 1 de noviembre y se van a la misma hora del día siguiente. Para ello, se acostumbra armas mesas, mast’akus, con “todo lo que les gustaba”, entre comidas, bebidas, frutas y dulces. En este caso, los rituales se cumplirán con la participación de los familiares y la organización que los respalda.

Los conflictos postelectorales de octubre de 2019, cuando se denunció fraude en los comicios, renunció Evo Morales a la Presidencia y el país convulsionó, uno de los escenarios de mayor violencia fue Huayllani, a 10 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, zona del retén.

El 15 de noviembre de 2019, en medio de los enfrentamientos entre los productores de la hoja de coca de la región del Trópico de Cochabamba y las fuerzas del orden, murieron nueve personas y varias quedaron heridas; una de ellas falleció hace tres meses. A esta decena de fallecidos se suman dos más que también habrían muerto durante esos días.

En la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) se aprobaron informes y se impulsa la realización de juicios.

En Huayllani existe un altar, con nichos y cruces con los nombres de las personas caídas en la zona. Por lo general, está lleno de flores; e incluso hay gente que visita el lugar para pedirles favores a esas almas.

El Día de Difuntos y la cercanía del año de esos fallecimientos une a familiares y la organización denominada “Héroes de la Democracia” para hacer un gran mast’aku.

Marisol Coca encabeza la organización y, además, es la representante legal para los procesos. “Estamos preparando las t’anta wawas (…). Vamos a hacer un mast’aku grande para los 12 hermanos caídos”, dice y detalla que tienen apoyo de la misma gente de la zona.

Desde días anteriores prepararon urpus y masitas. Está previsto que la mesa comience a tomar forma desde horas de la mañana de este domingo. “Al mediodía estaríamos recibiendo a las almitas, con una mesa bien armadita, junto con la comida que le gustaba a cada hermano caído”, expresa Coca y menciona sopas, asados y pollo al horno entre otros preparados, además de frutas.

Prevén instalar una cocina en la oficina de la organización para que de ahí salgan los platos calientes.

Los “rezadores”, que visitan las casas de las familias que arman los mast’akus para sus difuntos, podrán visitar este punto en Huayllani y llevarse manjares a cambio de raciones.

También está programada una misa a las tres de la tarde, “para rendir homenaje a los caídos y a todas las almas”.

En Sacaba existen rituales propios para despedir a las almas, la kacharpaya también se hará este lunes a partir de mediodía, luego de que los creyentes hayan rezado por las almas de: Juan López Apaza, Roberto Sejas, Emilio Colque, Cesar Sipe Mérida, Armando Carballo Escóbar, Lucas Sánchez, Plácido Rojas, Omar Calle, Roger Gonzales, Marcos Vargas Martínez, Miguel Ángel González Ledezma y Julio Pinto Mamaní.

CON ESPECIALISTAS

La representante legal sostiene que avanzan en el proceso legal y que cuentan con un equipo de cinco abogados, entre los que existe un especialista en balística, otro en el área penal y otro en temas forenses.

“Hemos hecho todas las investigaciones, lo hemos estado haciendo de manera muy privada, para no tener percances”, manifiesta Coca.

Expresa que entregaron sus informes a la presidenta de la Cámara de Senadores saliente, Eva Copa, para que pueda hacer seguimiento al tema.

Asegura que no se pueden dejar de lado juicios.

La ALP ya aprobó el informe final sobre las masacres de Senkata (La Paz), Sacaba (Cochabamba) y Yapacaní (Santa Cruz) y recomendó un juicio de responsabilidades contra la presidenta transitoria Jeanine Áñez por genocidio y otros delitos. Además, pidió iniciar procesos penales contra 11 ministros y exministros por la "vulneración de derechos y garantías", por la firma del decreto 4078 y las muertes que se suscitaron en las localidades de Huayllani y Senkata.

El decreto hace referencia a la facultad que dieron a las fuerzas del orden para las intervenciones.