Una contundente pero dispersa producción literaria de casi 40 años fue recopilada por un equipo impulsado por el hijo del fallecido escritor: mil páginas de historia.
El adulto mayor se dedicó toda su vida al transporte y a trabajar como colectivero (chofer). Con el apoyo de su esposa Catalina, el hombre retomó sus estudios y llevó la bandera argentina en un acto especial.
Perdió la batalla y falleció luego de 30 días en terapia intensiva, producto de haber sido quemado por su concubina. Su hermana Susy exige: "Tiene que haber leyes para un varón, también".