Al menos 15 mujeres que fueron víctimas de sus parejas aprendieron a cocinar de la mano de expertos de Italia e, incluso, Paquistán. Ahora tienen un negocio gastronómico.
Estudiaron en la Escuela Superior de Formación de Maestros Manuel Ascencio Villarroel, de Paracaya. Hay otras ocho personas con discapacidad que están en proceso de convertirse en profesores.