Recién aterrizados de su vuelta desde Catar, los jugadores galos subieron a un autobús que los llevó directamente al corazón de la capital, para poder saludar a sus aficionados desde el balcón del emblemático Hotel Crillon.
El colegiado dirigió dos partidos en los cuales mostró cinco amarillas, cobró 18 faltas y ninguna tarjeta roja. Además, según reportan medios deportivos, no ha estado envuelto en polémicas, lo cual habría motivado a la Federación a elegirlo como árbitro del encuentro de fútbol mas importante de los últimos cuatro años.