El operativo que hace casi un mes culminó con la detención del químico farmacéutico José Orellana Pizarro en Arica, en la frontera con Perú, pasó casi desapercibido para los matinales y la prensa policial chilena.
Los muebles estaban en el almacén de una empresa de transporte, listos para ser enviados hacia Trinidad, Beni.
Eso sí, admitió que “en algunas poblaciones” hay denuncias de la presencia de gente extranjera, aunque se desconoce con qué fin.
Una de las hipótesis que se maneja es que la droga iba a trasladarse desde Montevideo hacia Europa o África.
“El cargamento provenía de Bolivia mayormente y el valor ronda los 3 millones y medio de dólares en nuestro país, en Europa se estima que valdría 15 millones y medio de dólares”, sostuvo el jefe policial, según un reporte del diario uruguayo El País.
Producto del operativo antidroga, los efectivos lograron decomisar 200 kilos de droga cristalizada y pasta base de cocaína, además de armas de fuego y precursores.
Asimismo, el juez determinó la incautación de uno de los inmuebles, en el que se halló la sustancia controlada, además de tres de los ocho vehículos secuestrados en este operativo.
La ciudadana boliviana había acudido a la Estación de Buses de Asunción, donde pretendía encargar el envío mediante un trabajador, reportó la Secretaría Nacional Antidroga (Senad) de Paraguay.
Según la Fiscalía, este caso se conoció el 28 de noviembre, cunado la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) de Oruro recibió una llamada anónima, donde se denunció que tres efectivos de la Policía Rural Fronteriza Sabaya – Pisiga estarían trasladando cocaína en un vehículo oficial.
El operativo fue ejecutado el 28 de noviembre, en el marco del plan de operaciones denominado “Caimán”, donde se encontró cocaína líquida, por determinar la cantidad, 4.000 litros de gasolina y 100 taques de hojas de coca.