Después de unos intensos combates, los islamistas indican que tomaron la última provincia de la opositora Frente Nacional de Resistencia.
La mayoría de los bancos permanecen cerrados desde la toma de Kabul y las que quedan solo pueden retirar 200 dólares por persona.
Pese al repliegue de las tropas, un portavoz norteamericano informó que continuarán las labores diplomáticas para garantizar las evacuaciones de “aptos”.
El secretario de Estado, Antony Blinken, desgranó la estrategia después de que Estados Unidos dio por concluida oficialmente la guerra de dos décadas que libró en el país centroasiático.