Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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No estaba muerto andaba de parranda

No estaba muerto andaba de parranda

Trascender que nuestro paso por lo efímero, sin aferrarnos a lo terrenal, llegando a lo espiritual, con un manantial de causalidad, en un sentir de amor edad.

Las enmarcadas marcas de lo que no hace daño siguen manchando el ruego al tiempo de paralizar la suma generalidad de estar en no estar en la silla de los acusados, con el maletín de los delitos y el sombrero de las verdades.

“La simbólica del libro El Revés del Derecho revela una aceptación básica de la ambigüedad de la condición humana”, afirma José Luis Sánchez Nogales.

Escarlata, aguayo, tejidos de tejidos, entrelazando cultura sin cultura, arte de descarte, en un solo ángulo de la naturaleza, en la majestuosidad de los ritmos del aguayo con escarlata espumante del interior, oscuras en lo más profundo de lo exterior sin una exclamación de la escarlata.

Chichita poción de deleitantes gustos, es parte de nuestra vivencia vivencial, con esas tardecitas vallunas desperté pensando, una chichita, un sequito riquito, con la tutuma tuya mía, al fondo una guitarra del profesor que apenas puede caminar, pero con su voz llega al alma sin pestañar, acompaña música setentera de desobediencia en unos cuantos, pocos muchos, muchos son pocos, en una chichería todos son todos, la chicha es cultura de la dura sin duda durará.

En la rotación, avanzar, disfrute a su manera, manera de hacer brotar pétalos de sentir, sentir la magia transparente de instantes, fusionados translucidos, cigarro que no me gusta, solo goza, vientos resuenan en los vidrios y paredes, árboles rechinando de placer, unas lágrimas de alegría y dolor, instantes, instantes de alteraciones, un dulce sublime chocolate, despierta en mis manos, llenos de una crema de pasión, embalsamando lo terrenal, calibrando hortalizas desde la raíz, cíclicamente rotación de instantes marcados en el tiempo, camisa azul aflorada en el piso del que tanto paso a paso del hoy, olvidado lentes de la vista que vio interminables cascadas en miradas como lenguaje del alma, con un salud, brindo nostalgia del eterno.

“Gran pueta” que narra sus arrapos caminares, con marginales marginados, da pasos tortuga, en los más lúcidos espasmos de oscuridad en la luz. Locura con aventura sin censura y culpa ¡Hasta siempre!

FORO

WILLIAM AGUILAR BOLAÑOS

Docente universitario

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